Luto en el fútbol español
Multitudinario adiós a Preciado
Cientos de personas, entre amigos y gente relacionada con el fútbol cántabro y asturiano, se ha personado en el tanatorio para dar el pésame al hijo, la mujer y la madre del técnico.
El fútbol español se ha volcado hoy en la despedida de Manolo Preciado, fallecido en la madrugada de ayer por un infarto. Hasta el tanatorio 'El Alisal', situado a apenas a 300 metros de las instalaciones del Racing en las que tantas horas trabajó, se han acercado cientos de personas.
La práctica totalidad del fútbol cántabro y asturiano se ha personado en el tanatorio para dar el pésame al hijo, la mujer y la madre del técnico, superados por las muestras de cariño que ha generado su fallecimiento. Hasta el citado tanatorio han llegado más de treinta coronas de flores, enviadas por los clubes a los que entrenó (Gimnástica de Torrelavega, Racing, Levante, Murcia y Sporting), la AFE, el colegios de entrenadores, algunos de los jugadores que tuvo a sus órdenes y clubes rivales como el Real Madrid, el Athletic o el Zaragoza.
Algunos de los rostros más populares del Racing, con Munitis a la cabeza, y la plantilladel Racing B, que hizo parada en el tanatorio antes de proseguir su viaje para el disputar el partido de ascenso a Segunda B frente al Alondras, se han personado para dar el último adiós a Preciado, cuyos restos mortales ya han sido incinerados en el Cementerio de Ciriego.
'La Salve Marinera' en su funeral
Más de un millar de santanderinos arroparon este viernes a la familia de Manolo Preciado en el funeral celebrado en la Parroquia de los Padres Franciscanos de la capital cántabra, hasta donde se desplazaron numerosas personalidades del mundo deportivo y representantes políticos encabezados por el secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, el alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, y el delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz.
'La Salve Marinera' cantada por el coro del Barrio Pesquero y un 'va por ti Manolo' junto con un prolongado aplauso culminaron la despedida a Preciado, el hombre que "quería hacer felices a los demás", tal y como destacó en la homilía el capellán del Sporting, que concelebró el funeral con tres párrocos más, entre ellos el cura del Barrio Pesquero, Alberto Pico, gran amigo del entrenador.