La final está en Santo Domingo

Santo Domingo decidirá el signo de la primera eliminatoria del playoff. Dicho así, no es una buena noticia para el Hércules ya que el Alcorcón no pierde en casa desde noviembre. Pero después de ver la manera en la que comenzó el partido, los alicantinos pueden darse por satisfechos. Dijo Mandiá tras el encuentro que ve capacitado a su equipo de ganar en Alcorcón. Y puede tener razón. Eso sí, el Hércules debe ser el de la segunda mitad, ese Hércules que muerde en la presión, vertical y capaz de desarbolar a cualquier defensa con la continua movilidad de sus mediapuntas y un delantero peleón como Aganzo.

El camino lo marcó el Hércules tras el descanso y no se debe desviar de él ni un ápice si quiere derrotar al Alcorcón en su fortín. Los amarillos son gigantes en el Santo Domingo. Se sienten seguros y creen que nadie les puede hacer doblar la rodilla ante su parroquia. Pero tras comprobar la que le lió ayer el Hércules en la segunda mitad, esa seguridad se puede tornar en temor. Y ahí es donde el Hércules puede hincar el diente. Tras el varapalo inicial, los blanquiazules pudieron completar una gran remontada pero la falta de acierto en algunos casos y las intervenciones de Manu Herrera en otros, le obligan a ir a ganar a Alcorcón. Todo lo que no sea vencer, o empatar por dos goles o más, será el fin.

Mazazo.

Las primeras sensaciones del playoff fueron demoledoras para el Hércules. Increíbles. Para lanzar la toalla incluso antes de saltar al ring. Después de 42 partidos de trabajo y sufrimiento extremos, regalar un gol a los 20 segundos del primer duelo directo de la fase definitiva noquea a cualquiera. No a este Hércules que siempre se levanta pese a estar a merced del conjunto alfarero durante un buen rato. De hecho, Fernando Sales pudo cerrar la primera experiencia herculana en el playoff, a los 7 minutos. La sensación era de perplejidad y nerviosismo durante el primer cuarto de hora. Y un tiburón como Montañés olió la sangre. Filtró un balón a la espalda de Samuel, Juan Carlos, algo asustado todavía, dio un pasito adelante y dos detrás y le dio la ventaja al andaluz. Pero el exherculano lanzó al muñeco y levantó al Hércules de la lona.

En ese momento se dio cuenta el Hércules de que espabilaba o se iba de vacaciones con la vuelta aún por disputar. Lo primero era cortar la hemorragia y evitar que el Alcorcón volviera a plantarse ante Juan Carlos. Y así fue nivelándose el choque. Incluso pudo marcar el Hércules tras una cesión de Rubén Sanz que estuvo muy cerca de sorprender a Manu Herrera. Arbilla en dos disparos lejanos y Escassi, también desde fuera del área, probaron otra vez al portero que respondía siempre bien.

Reacción.

Mandiá cambió el guión en el descanso y dio entrada a Aganzo. El madrileño sigue lejos de su mejor forma y ya no la va a alcanzar antes del final de temporada. Pero para estos casos hay pocos mejores que él. Hasta ahora ha sido de poca ayuda al Hércules pero quizás haga en tres partidos lo que no ha hecho en 42. Con su presencia, hizo mejores a los demás y el equipo de Mandiá arrolló, por momentos, al hasta entonces sólido Alcorcón. Gilvan y Sardinero llegaban al fondo. Escassi y Tiago ganaban todos los balones divididos y Aganzo mantenía a raya a Babin y Agus.

Así llegó la primera clara cuando Gilvan se quedó sólo pero cruzó demasiado. Un minuto después, Sardinero aprovechó el error de comunicación entre Rubén Sanz y Agus y empató el partido. Era el momento de pasar por encima del Alcorcón pero el Hércules echó el freno y lo fió todo al intercambio de golpes. En esa tesitura se sintió seguro. Como fruta madura fueron cayendo las ocasiones. Aganzo remató de forma acrobática un pase de Tiago pero se le fue fuera. Samuel, de cabeza, también la tuvo pero respondió Manu y Aganzo, otra vez, en el descuento, estuvo a punto pero se la quitó Riera cuando ya tenía el gatillo preparado. El Alcorcón toma ventaja pero viendo el Hércules de la segunda mitad, todo es posible en Santo Domingo.