Caparrós: "Como persona, Manolo era de Champions"

Joaquín Caparrós, amigo personal de Manolo Preciado, se mostró muy afligido por el fallecimiento repentino del técnico cántabro. "Se nos han saltado las lágrimas nada más conocer la noticia. Manolo era un gran entrenador, pero era especial como persona. Transmitía una sencillez y una amistad especiales. Nos olvidamos del fútbol y nos quedamos con la calidad humana. Ahí era un tío de Champions", resumió.

"Se nos ha ido una persona grande, grande en mayúsculas de verdad. El mundo de los técnicos debemos tenerlo como referencia. Porque él sabía ganar. Cuando los entrenadores ganamos y nos creemos los más guapos con una buena rachita... Él demostró que lo importante era la persona. Me alegró mucho cuando fichó por el Villarreal. Seguro que lo iba a devolver a Primera. La verdad es que estoy tocado. Lo he sentido mucho", concluyó.

Pinillos: "Para mí fue un padre futbolístico"

El futbolista que Preciado tuvo a sus órdenes se mostró especialmente hundido por su relación personal con Preciado y su familia. "Estoy sobrecogido con la noticia. Es un día triste para el fútbol y para los que le conocimos. Para mí fue un padre futbolístico. Era increíble como era el más positivo de todos en los momentos más delicados, con todo lo que le tocó sufrir. Es increíble cómo se ha cebado la vida con una persona, con tantas desgracias en tan poco tiempo".

"Me estoy acordando de su hijo Manuel, que además es vecino mío aquí en Santander y que ha visto irse a su madre, a su hermano, a su abuelo y ahora a su padre. Es un chaval encantador, al que le gusta el buceo. Su padre, a través del fútbol, le ayudó a tirar para delante. Preciado le arropaba e intentaba hacerle feliz. A los que queremos a su hijo Manuel, ahora nos toca estar con él".

Serra Ferrer: "El fútbol pierde a un hombre honesto"

El máximo accionista del Mallorca Lorenzo Serra Ferrer, extécnico del equipo balear, Betis, Barcelona y AEK de Atenas, también expresó su dolor por la marcha de Preciado. "El fútbol pierde a un hombre honesto. Manolo tenía un gran compromiso con el fútbol. Le conocí en la década de los ochenta, cuando él formaba parte de la plantilla del Mallorca y yo era el segundo entrenador. La noticia de su repentina muerte me ha sumido en una profunda tristeza".

"Él me enseñó a gestionar el vestuario. Me ayudó muchísimo en el inicio de mi actividad profesional como entrenador. Yo era el segundo de Marcel Domingo en el Mallorca, y los viernes tenía que hacerme cargo de los jugadores que él descartaba para el domingo. Cuando Manolo formaba parte de ese grupo, ponía la nota de serenidad y le pedía a sus compañeros que trabajaran como siempre y que colaboraran conmigo. Nunca lo olvidaré, era un tipo excelente".