AMISTOSO | ESPAÑA 1 - CHINA 0
Un gran Andrés Iniesta acabó con la China de Camacho
La entrada del manchego fue clave en el triunfo de España. Camacho sorprendió con un equipo chino aguerrido que sólo cedió en el minuto 85'. Prueba válida para España para la Eurocopa.
La expresión "estar más perdido que un chino en Trebujena" tiene su origen, según expertos trebujeneros, en el rodaje de la película El imperio del sol, superproducción de Hollywood que llenó dicha localidad gaditana de extras orientales con dudoso sentido de la orientación. Aquello sucedió hace 18 años y el problema parece superado. Los chinos se orientan. Lo demostraron anoche en Sevilla. Durante 85 minutos empataron contra la Campeona del Mundo y de Europa. Esto es lo que se conoce como el despertar asiático. Un fenómeno sin freno, en caso de no disponer de Iniesta, equivalente manchego a mil millones de talentos.
En contra de lo esperado (imaginábamos a un adversario más zen), los chinos no pidieron permiso para nada. Se defendieron con el ceño fruncido, pegaron sin remordimientos y salieron a la contra como almas a las que llevara el diablo. Si lo suyo era un problema de picante, Camacho ha vaciado el bote del pimentón. Según se observa, no sólo precisaban un barniz táctico (que también), sino un murciano que les agitara el orgullo y les enseñara ambición y picardía.
El hecho asombroso es que China nos ganó a los puntos en la primera parte. España dominó como suele, pero los chinos fabricaron las mejores ocasiones. Sólo Casillas evitó el gol merecido y al alivio inmediato le sucedió una lúgubre inquietud: quizá Iker haya gastado un milagro para lo que viene.
La resistencia del rival hizo de la prueba un ensayo de absoluta validez para la Eurocopa. Del Bosque se lo tomó así desde el inicio, quizá porque conoce a Camacho. Para sorpresa de la concurrencia, alineó a dos del Barça, Xavi y Busquets, con lo que compuso un once que no será muy distinto al que debutará contra Italia (Negredo arriba).
La novedad principal será Iniesta. Cuando él entró en la segunda mitad se nos iluminó el hemisferio. Su insistencia dio la victoria a España, tan simple. Primero disparó al larguero después de encadenar varias sutilezas entre un mar de chinos y los últimos minutos le pillaron remangado e imparable. Un cambio de ritmo quebró la cintura de China entera y convirtió en protocolaria la asistencia a Silva. Un problema menos y una esperanza más: Iniesta llega bien.
Los debates serán los mismos que nos ocuparon durante el Mundial. A saber: tenemos juego pero nos falta gol. De ahí la importancia de un mediapunta como Andrés, capaz de inventarlos. A día de hoy, Negredo no mejora a Torres y ninguno a Villa. Falta ver a Llorente.
El siguiente asunto se relaciona con Xavi. Del Bosque insiste en que dé el último pase, cuando resulta más útil en el primero, en el proceso inicial de creación. Posicionalmente, es la diferencia entre jugar de espaldas o de frente, y Xavi no tiene edad ni físico para aguantar tarascadas (e Italia no será China). De ahí que huya de esos fuegos. Ayer, como hace cuatro años, el doble pivote Xabi-Busquets nos volvió a parecer redundante.
Éxito. Del Bosque nos tendrá que hacer campeones de nuevo para quitarnos las dudas. Nos dejaremos convencer, no obstante. Si el propósito es repetir el camino del éxito, nosotros ya hemos puesto lo de entonces: la impaciencia.