Final por un sueño

Hace justo un año, el Hércules intentaba recomponerse del doloroso batacazo del descenso a Segunda. Soplaban nuevos vientos y se vendió un proyecto a tres años que posteriormente capitanearía Sergio Fernández. 12 meses, mil problemas, ley concursal y 41 partidos a cara de perro después, el Hércules se encuentra en Huesca, un campo icónico, que representa en sí mismo la dificultad que conlleva la Segunda División.

Y allí mismo se tiene que jugar el pase al playoff de ascenso. Justo en la última fecha, después de no haber salido de los seis primeros puestos en toda la temporada.

Necesidad. Fácilmente se podría haber ahorrado este duelo a cara o cruz si hubiera vencido sólo uno de los partidos ante Numancia, Las Palmas y Xerez, pero mirar atrás ya no vale. Los jugadores deben demostrar hoy que son hombres, que el Hércules se lo juega todo y que habría que utilizar una apisonadora para pasarles por encima. El Huesca tendrá un suculento premio del Almería si logra ganar o empatar. Eso es seguro. Pero los blanquiazules se juegan mucho más: el orgullo de unos colores, el sueño de una ciudad.

El Hércules se ha complicado y se va a jugar la vida en el peor escenario posible. Es obvio. Pero también lo es que en condiciones normales, el Hércules es mejor equipo que el Huesca. Y si encima necesita los puntos porque se juega la vida, la diferencia se debe plasmar en el campo. Es una final. Y las finales se juegan para ganarlas. Como aquella de Alcalá, como la de Irún.

Los tres puntos aseguran la promoción aunque le valdría incluso perder si el Almería no gana al Alcoyano. También sale beneficiado en todos los triples y cuádruples empates. Pero eso es algo que no interesa al grupo. Hay que ganar, volver a casa y empezar a preparar la semifinal del playoff del miércoles. Así de sencillo. Así de complicado.

Para tal hazaña, el Hércules cuenta con las bajas de cinco titulares. No estarán Juanra, Abel Aguilar, Tiago, Samuel y Aganzo pero hoy ya no valen excusas. Hay que ganar por un escudo, por una afición, por los 230 que viajarán hasta Huesca, por todo el herculanismo. Mora pasó ayer la última prueba y jugará. Probablemente también lo hará Falcón.

Los blanquiazules necesitan doblegar al Huesca y a la historia

El reto del Hércules se convierte todavía en más complicado si echamos un vistazo a la historia. Y es que el equipo blanquiazul nunca ha ganado en El Alcoraz. Ni siquiera ha sido capaz de marcar un gol en tierras oscenses. Sus duelos con el Huesca han acabado 0-0, en 2004-05 (Segunda B) y 2008-09 (Segunda); y 1-0, en Segunda, el año del ascenso a Primera. Además, el equipo alicantino no sabe lo que es ganar en tierras aragonesas desde el curso 1984-85, cuando ganó al Zaragoza, en La Romareda, con gol de Reces (0-1). - R. Pérez