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DEPORTIVO 2 - HUESCA 1

La Primera División le da otra oportunidad a Oltra

Técnico de éxito en Segunda, el valenciano se enfrenta a su última cuenta pendiente: triunfar en Primera. Su experiencia en Levante, Tenerife y Almería nunca terminaron bien.

La Primera División le da otra oportunidad a Oltra

A José Luis Oltra (24-3-1969) el fútbol le ha hecho justicia. Este técnico de buen talante, capaz de lidiar con presidentes tan ciclotímicos como Pedro Villarroel (Levante), Quique Pina (Ciudad de Murcia), Alfonso García (Almería) o Augusto César Lendoiro (Deportivo) y de vivir en entornos sociales convulsos (Castellón en Segunda División B o Tenerife en Segunda) tendrá una oportunidad más de demostrar que él es un entrenador de Primera División.

Oltra fue un futbolista sin demasiada estrella. Centrocampista fino, se crió en las categorías inferiores del Valencia pero no alcanzó la élite, Fue un nómada de equipos valencianos. Castellón, Levante (donde también jugó el otro técnico que tiene todas las papeletas de ascender, Paco Herrera) Yeclano, Elche, Ontinyent... Pronto entendió como tantos jugadores que lo ven mejor que lo juegan que su futuro estaba en los banquillos. Y, ahí sí, Oltra no ha fallado.

Padre de dos hijos, entrenador familiar y hombre extremadamente educado con buena mano izquierda y talante conciliador, Oltra empezó a hacer carrera en el Catarroja, al que ascendió de la Regional Preferente a Tercera. Allí le echó el ojo Fernando Gómez Colomer, entonces director deportivo del Castellón. Fernando consideró que era el hombre ideal para sacar del pozo al club blanquinegro. Allí recibió el primer palo de su carrera. Después de un año inmaculado, con récord de imbatibilidad incluido, cayó en la liguilla ante el Ciudad de Murcia. Oltra llegó a medir sus fuerzas con Benítez en una eliminatoria Castellón-Valencia recordada por algunos incidentes que dejaron alguna secuela entre los técnicos. Lo peor de su etapa en los albinegros fue su segundo curso, en el que tampoco consiguió cumplir con el objetivo por el que se le había contratado.

Oltra, que en sus periodos de reflexión en el paro ha sido comentarista en Canal Nou por su buen gusto para explicar el fútbol y guarda buena relación con un buen puñado de técnicos (Garrido, Luis García), empezó en julio de 2005 otra aventura en el Levante, A un filial nada descollante lo tuvo arriba hasta que, a cuatro jornadas del final en Primera División, Villarroel destituyó a Schuster y le colocó al borde del abismo. Oltra no hizo el milagro, pero perseveró. Volvió sobre sus pasos e hizo una temporada espectacular en el Ciudad de Murcia (Pina le echó el ojo en el Castellón), al que dejó cuarto. En Tenerife se consagró con su primer ascenso a Primera División en su segunda temporada. La espina, otra vez, su descenso.

El hoy héroe de los deportivistas estuvo a punto de dirigir al Betis hace dos temporadas pero Mel, que compartía agencia de representación, fue el elegido. Bahía sospechaba que Oltra sería llamado por algún Primera. Fue el Almería, pero tampoco funcionó. Sus fiascos en Primera no echaron atrás a Lendoiro, que le puso en las manos una bomba de relojería: un Depor recién descendido con una importante deuda y una responsabilidad terrible con unos socios que, en vez de dejar colgado al club, doblaron su apoyo. Oltra no ha decepcionado. Sus abrazos serenos a Valerón o Riki, su imagen manteado por la plantilla, quedarán para siempre.