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AMISTOSO | ESPAÑA 2-SERBIA 0

Adrián guió a España

El delantero del Atlético de Madrid marcó un gol, el primero, y forzó un penalti, el del segundo tanto. Debutaron cinco futbolistas. Juanfran destacó y jugó los 90'. Negredo mejor que Soldado.

Madrid
Adrián celebra su gol frente a Serbia, el primero de España
Adrián celebra su gol frente a Serbia, el primero de EspañaAGUILERADiario AS

España es un equipo que fundamenta su superioridad en la acumulación de talento en el centro del campo. Si ha ganado una Eurocopa y un Mundial ha sido, básicamente, por ese torbellino de pequeños genios, incontrolables en sus maniobras ofensivas. No hay antídoto contra ellos, o no ha existido hasta el momento. Cualquier experimento que altere ese hábitat pervierte la esencia de la Selección campeona de todo. Así quedó demostrado en el partido de ayer.

De modo que el primer amistoso de preparación para la Eurocopa, a quince días del debut contra Italia, resultó de gran utilidad para confirmar algunos conceptos. El más importante insiste en el mediocampo como lugar donde reside la personalidad del equipo. Nos referimos, naturalmente, al mediocampo creativo. El debate del nueve es un pasatiempo fantástico, pero la realidad es que España puede funcionar bien sin un delantero centro, o con el menos centro de los delanteros del grupo: Adrián.

El chico del Atlético, sin apenas despeinarse, marcó un gol y forzó un penalti, y no es casualidad que todo ocurriera en la segunda mitad. Junto a él circulaban por el campo Silva, Cazorla, Beñat o Navas, futbolistas dinámicos y de permanente asociación. Con ellos, más la aportación de Adrián, España jugó sus mejores minutos del partido por la simple razón de que se pareció a sí misma.

Tal vez el debate del nueve haya sido estéril desde su planteamiento porque España ya tiene dos: Llorente y Torres. Probablemente no exista mejor complemento a sus características que las que ofrece Adrián, diferente a ellos en casi todo, pero totalmente afín a la esencia del equipo.

Duelo. Dicho esto, el experimento inicial es comprensible. En su afán por ser justo, Del Bosque alineó a Negredo y Soldado para evaluarlos al mismo tiempo y en idénticas condiciones. El resultado fue que el sevillista ganó sin discusión, más feroz y afilado. A los dos minutos ya había probado la agilidad del portero serbio. Y cuanto más aparecía Negredo, más afligido estaba su compañero de examen.

Sin embargo, a pesar del aplastante dominio, la España de la primera parte tenía poco que ver con la España que ha hecho de cada partido una fiesta. No se niegan sus virtudes de aseo y puntualidad, pero la Selección no es la Selección sin una mayoría de jugones.

El problema, por tanto, no es el nueve, ni las bandas. Jordi Alba cumplió por la izquierda y Juanfran hizo algo más que eso por la derecha. Ayer observamos que su reciclaje ya ha sido completado. No sólo sube con su natural alegría; también pega como un lateral de bigotes y cuando el árbitro se lo reprocha pone ojos de extremo degollado. Ha pasado de delantero degradado a asesino perfecto.

Silva, titular moral cuando regresen los que faltan, impulsó al equipo tras el descanso. Beñat se sintió a gusto y se destapó con el fabuloso pase a Navas que propició el primer tanto, cabezazo sutil de Adrián. Tan sutil como el penalti de Ivanovic, transformado por Cazorla. Serbia dudó entonces si jugábamos con once o con quince. Y de eso se trata justamente.