Liga BBVA | Atlético de Madrid
Gimnasio Cristiano vio los primeros goles de Falcao
AS visitó el colegio en el que estudió el delantero antes de fichar por River Plate.
Tras cumplir periplo como técnico en Venezuela, Radamel García regresó a Bogotá junto a su hijo, Radamel Falcao, cuando este cumplía diez años. El pequeño futuro goleador del Atlético volvió a su país natal con un talento innato para el béisbol. Poco después, logró una beca del Gimnasio Cristiano del Norte (en la municipalidad de Chía), a 3 kilómetros de Bogotá, donde se formó como persona, desarrolló su paladar futbolístico y consiguió graduarse en rectoría (bachillerato) a la corta edad de 14 años. AS aprovechó la gira atlética en Colombia para descubrir los orígenes del Tigre y empezó visitando el colegio en el que estudió durante cuatro años hasta marcharse a River Plate.
Ramón Méndez recuerda a Falcao como "un chico tímido, pero noble, que hablaba poco y del que sus padres querían que, tras mudarse numerosas veces, se asentara en un lugar". El director del colegio explicó que Falcao era un alumno destacado: "Para nuestro colegio es muy importante el deporte. Le montamos un currículum especial, le dejábamos salir temprano e incluso le pusimos una dieta distinta a los demás alumnos". Pero Ramón resalta que lo más importante para Falcao en esos años fue cómo se le forjó como persona en el centro: "Aquí tenemos fundamentos, una serie de doce principios, y cada mes del año tiene una temática diferente tales como humildad, amor, tolerancia, solidaridad... Es un pack que entregamos a nuestros alumnos. Falcao es un futbolista integral y esa es la clave de su éxito. Tiene dominio propio".
Encuentros. El gerente del Gimnasio recuerda un partido de alumnos contra profesores en el que Falcao marcó sus primeros goles: "Le hice penalti y sentí vergüenza por los abucheos que recibí de los estudiantes. Ahora, doce años después, los alumnos sienten orgullo de pertenecer al mismo centro que Falcao y el día tras la final de Bucarest vivimos un ambiente festivo". El coordinador académico, José Gregorio Hernández, también tiene recuerdos muy vivos de Falcao, como cuando llevó un flequillo rubio en honor a Palermo, exgoleador de Boca Juniors. También recuerda que Falcao tenía una novia a los once años y que varias veces le rompió el corazón: "Siempre tuvo un gran corazón y las niñas le buscaban por su talento académico y deportivo. Un día subió a mi despacho entre lágrimas y le dije que no se entregara tanto. Ahora, ese amor se lo demuestra a Dios, a su mujer y en la cancha".