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Zaragoza | Fiesta en la capital aragonesa

Jiménez y el Zaragoza celebran la mayor remontada de la historia

El técnico, que logró una increíble segunda vuelta de 31 puntos, negociará hoy con Agapito para seguir

<b>FESTEJOS EN EL PILAR. </b>Manolo Jiménez cumplió con su promesa y bailó una jota acompañado por miembros del grupo Baluarte Aragonés al final de un acto en el que la plantilla ofreció la salvación a la Virgen del Pilar y los jugadores aprovecharon para mantear a Ángel Lafita, que acaba contrato y dejará el club.

Manolo Jiménez se sentará a negociar hoy con Agapito Iglesias su continuidad en el Zaragoza, sujeta a condiciones como que el presidente no interfiera en las decisiones deportivas. Es una postura firme que Jiménez se puede permitir después de convertirse en el artífice de la mayor remontada que se ha visto en la historia de la Liga: nadie se había salvado jamás tras recuperarse de una desventaja de 12 puntos. El Zaragoza lo consiguió en Getafe, donde culminó una epopeya de proporciones inimaginables.

Jiménez llegó al Zaragoza el día de Nochevieja, después de que Míchel, la primera opción, rechazase el trabajo. El equipo estaba a cinco de la permanencia, el club en Ley Concursal y la hinchada, en lucha contra Agapito. Vio irse en diez días al consejo que lo había fichado. Pensó en dejarlo. Le costó corregir el rumbo de un equipo que estuvo hasta 14 partidos sin ganar. Tras la debacle en Málaga (5-1), quedó varado a 12 puntos. "Siento vergüenza", dijo Jiménez. Nadie pensó que hubiera ya tiempo de otra cosa que no fuese impedir el descenso más temprano de la historia del club. "Si nos vamos a Segunda, que sea con dignidad", remachó.

El Zaragoza ha sumado 31 puntos en la segunda vuelta, pero la remontada ha sido, en realidad, cosa de dos meses. El día que ganó al Villarreal lo hizo en una Romareda medio vacía. Muchos abandonaron el campo en el 78', en acto de protesta. En el 92', Abraham hizo el 2-1 y dejó a nueve la permanencia. Tres días después, Agapito puso el club en venta, luego la Real goleó al Zaragoza y Osasuna le empató en casa. Ésta iba a ser una revolución de primavera y estalló el 21 de marzo en Mestalla: el triunfo por 1-2 provocó una corriente de optimismo irracional, reforzada cuando el Atlético cayó de penalti en el descuento. La hinchada ya no soltó de su mano al equipo. La salvación estaba a seis y la presa elegida era el Villarreal... Victoria en Gijón, con otro gol postrero. A cuatro. Un rasgo de estilo: el Zaragoza ha sumado 13 puntos con goles en el final de los partidos. Venció el miedo al vacío y jugaba con un fervor enloquecido y a campo lleno cada día. Tumbo al Granada, otro rival directo. Tras perder con el Barça y bordear el ridículo en Sevilla y Mallorca, volvió a estar a seis puntos. Ahí vino el milagro: tres victorias seguidas en casa: Athletic, Levante y Racing. El Rayo caía, el Villarreal no lograba salir. El Zaragoza los había cazado. Y en Getafe concluyó su hazaña.