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Liga BBVA | El carrusel

Tamudo, de profesión héroe

Se acabó la Liga. El Madrid llegó al récord de los 100 puntos con una nueva goleada en casa, el Málaga ató su primera participación en la Champions y el Levante logró ser equipo de Europa League. Pero el verdadero drama llegó por la zona baja. El Villarreal descendió después de un gol in extremis de Tamudo, otro más.

Tamudo.
rafa aparicio

Existe simbiosis entre Higuaín y el Bernabéu

Hay cosas en el fútbol que ni el dinero ni los dirigentes pueden controlar. Pocas, pero las hay. Por ejemplo, el cariño entre determinados jugadores y la grada. Esa simbiosis nace de la relación que jornada tras jornada une a futbolista y aficionados durante los 19 fines de semana en los que se encuentran. Higuaín aprovechó todos y cada uno de ellos durante las temporadas que lleva en el Madrid para forjar un consistente nexo con el Bernabéu. El argentino siempre entregó cuanto tuvo al público madridista y este le correspondió con entusiasmo y gratitud. Ahora que se rumorea con una posible marcha del club, el estadio tomó anoche la palabra: el Pipa se queda.

La sangre goleadora de Keita y su tio Salif

La condición goleadora en un centrocampista es un elemento extra de incalculable valor. Uno de los que mejor lo ejemplifica es Seydou Keita, aunque este año en menor medida. Acostumbra el maliense a redondear las temporadas con buenas cifras goleadoras y esta campaña sólo ha conseguido dos. Extraño. El aroma de delantero que a veces desprende quizá le venga de su tío Salif Keita, feroz goleador de la época de los 70 y exjugador, entre otros equipos, del Valencia. Seguro que en reuniones familiares le contó más de una vez los secretos que un ariete debe poseer para derribar las defensas contrarias. Sabios consejos que no ha aplicado tanto en este curso, quizá su último como culé.

Los reveses duelen más cuando son súbitos y casuales

Todos animamos al Villarreal cuando se midió al Arsenal en semifinales de la Champions. El penalti fallado por Riquelme fue el nuestro. Igual que antes habíamos hecho fuerza por los amarillos en San Siro, Da Luz o Ibrox Park. Identificarse con el estilo y el buen juego de esta ejemplar entidad fue un ejercicio coherente y lógico. Habíamos aprendido a convivir con el Villarreal en Primera. Siempre en los puestos más altos y por lo general uno de los mejores representantes de la Liga en competiciones europeas. Incluso esta temporada había arrancado el curso en el Allianz o el Etihad. Hoy, por duro que suene, es equipo de Segunda. Difícil escucharlo y aún peor digerirlo. El cuento de hadas de El Madrigal concluye antes de lo previsto. Fue bonito. Fue casi irrepetible.

Un milagro bien vale una deuda

Lo que ha hecho Manolo Jiménez con el Zaragoza está al mismo nivel que conquistar la Liga con 100 puntos o lograr seis títulos en una misma temporada dirigiendo a un grande. Revivir a un muerto es un milagro. Más que una concatenación de aciertos tácticos, estratégicos o futbolísticos -que también-, es un milagro. El técnico andaluz llegó a estar a 12 puntos de la salvación y hoy tiene al Zaragoza salvado, aseado y limpio de pecados. Increíble. Su problema es que cuando comenzó la inesperada escalada prometió que bailaría jotas en la Plaza del Pilar si el equipo acababa salvándose. Osadía o confianza en los santos patronos, el caso es que la afición zaragocista ya espera agradecida para ver cómo su héroe sevillano se desenvuelve con los bailes regionales. Muchas veces se lanzan estas apuestas al aire como un desafío al destino y ocurre que de tanto en cuanto toca cumplirlas. A Jiménez, por ejemplo. No importa. Él es ya un jotero mayor venido de Sevilla. Insigne zaragocista para siempre.

Cabral: un sargento protegió al Levante

Ya vuela libre el Levante en su sueño de jugar competiciones europeas el próximo año. La victoria ante el Athletic así lo refrenda. Y también el buen hacer en las últimas jornadas del central argentino Cabral. Desde que se instalara en la zaga granota mediada la temporada, el equipo recobró las mejores sensaciones del arranque liguero. Lo de mandar y dirigir desde atrás no es nuevo para el exjugador de River Plate y Arsenal de Sarandí. En Argentina se le puso por ello el apodo de Sargento como homenaje al Sargento Cabral, héroe nacional en su día por sacrificarse por el país. Algo parecido a lo suyo y el Levante. Un escolta de garantías. Un baluarte de Europa League.

El viejo romanticismo de los "One Club Man"

Se retira Aranburu de la Real Sociedad y entra con gloria y honores en el 'One Club Man', esa lista de ejemplares futbolistas que sólo defendieron una única camiseta a lo largo de su carrera. Cada vez es más complicado encontrar casos como el suyo. El fútbol vive tiempos de mercantilisimo y negocio. Los contratos surgen en todas las categorías, campeonatos y continentes. Por eso es loable mantenerse fiel a un escudo y una afición como lo ha hecho el azpeitiarra durante 15 largas temporadas. Igual que en su día otros grandes realistas como Arconada, Satrustegui o Zamora. Y también leyendas que presiden este selecto club: Maldini, Baresi, Bergomi, Camacho, Giggs...

El pequeño director de orquesta del Málaga

El jeque del Málaga ya tiene a su juguete preferido en la Champions. Lo de esta temporada no ha sido, ni mucho menos, llegar y besar el santo. Detrás de la lujosa cortina malaguista hay un trabajo fantástico de Pellegrini y de la plantilla. Sin duda uno de los mejores movimientos pasó por reubicar a Cazorla como mediocentro con galones y no dejarle como simple mediapunta intermitente. El asturiano comprendió enseguida su rol y abrió un ramillete lleno de fútbol y habilidades. Necesitaba un reputado director la orquesta de buenos músicos que manejaba Pellegrini y Cazorla lo fue. Éxito de talonario, sí. Pero también éxito de concepto futbolístico. Enhorabuena.

El personaje: Tamudo

Tamudo. Raúl Tamudo. Su nombre ya era legendario en el Espanyol y desde ayer también lo es en el Rayo Vallecano. Un gol suyo en el descuento salvó a los franjirrojos del abismo cuando parecía irremediable. Puede pensarse en la casualidad de su autoría, pero sería un error. Desde que Piti iniciara la jugada decisiva un halo de luz perseguía al de Santa Coloma como por ciencia divina y gloriosa. Ningún otro jugador estaba destinado a marcar el gol que pasará a la historia del modesto club vallecano. Sólo él. Únicamente quien siempre aparece para protagonizar epopeyas como esta. Vivir de proezas es su sino. Una estrella le persigue desde que naciera. Tamudo, de profesión héroe.