Stark cumplió en esta final

El alemán Wolfgang Stark tuvo un partido plácido, que además se le puso de cara desde el minuto siete con el gol de Falcao. Luego, en el nueve, creo que tuvo el único lunar de su actuación al no sancionar un posible penalti de Godín a Llorente por agarrón dentro del área. El uruguayo desequilibra al internacional español, aunque éste consiga rematar a pesar de todo.

A la media hora del partido, a De Marcos le cierran el paso dentro del área entre Juanfran y Miranda. El brasileño choca con el jugador del Athletic, pero no hay penalti. También es involuntaria la acción del minuto 40', entre Falcao con Amorebieta e Iraizoz, en la que el delantero colombiano acaba pisando al portero. Del mismo modo, en el 80', Amorebieta intenta despejar dentro del área un balón y éste le rebota en el brazo de forma fortuita: no hay falta.

En el apartado disciplinario hubo una falta muy dura de Ander Herrera en el minuto 21 a Diego. El jugador del Athletic vio tarjeta amarilla, pero bien pudo haber sido de otro color. En cambio, la tarjeta que vio Íñigo Pérez en el 74' por una supuesta falta a Adrián no fue justa, ya que el atlético tropieza en su carrera.

Partido controlado. Stark llevó el partido controlado en todo momento. Se dedicó a perdonar alguna tarjeta a ambos equipos, algo bastante impropio en el alemán, y las que sacó fue cuando vio que las entradas eran peligrosas para la integridad física de los jugadores. Y acertó.

Su gran virtud, que hay que destacar en este partido, fue que aplicó en todo momento que pudo la ley de la ventaja. Y además tuvo el detalle de amonestar al jugador infractor posteriormente. Su situación en el campo fue en casi todo el tiempo de una diagonal perfecta, demostrando que físicamente mantiene un gran nivel para el Europeo de este verano. Resumiendo, hizo un arbitraje correcto para una final que se presentaba complicada.