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Liga BBVA | Sevilla

Crisis post-derbi y cólera de una afición sin ilusión

El Sevilla se enfrenta a tiempos duros. El derbi ha desatado la crisis en el club, los nervios en la plantilla y la indignación en la afición. Sin jugar en Europa y con poco dinero, no le queda otra que vender para crecer. Otra vez.

<b>TENSIÓN. </b>De Mul y Guarente se llevan a Rakitic tras encararse éste con Deivid.

Se sabía antes de que Delgado Ferreiro decretara el comienzo del derbi: si el Betis asaltaba Nervión, la tormenta se desataría definitivamente sobre el Sevilla. Y así ha sido. El 1-2 de Beñat ha supuesto la gota que colma el vaso de la paciencia de los aficionados sevillistas, que en estas últimas horas post-derbi han sacado a relucir la frustración acumulada en los últimos meses. Si el miércoles, nada más acabar el partido, varias decenas de seguidores del Sevilla rodearon y lanzaron objetovs al autobús del equipo a la salida del Sánchez Pizjuán, ayer los pocos hinchas que desafiaron a la lluvia y a la lógica y se acercaron al entrenamiento en la Ciudad Deportiva volvieron a dejar claro a los jugadores que está de cualquier forma menos contentos por la temporada que han realizado, aunque falten aún dos partidos. Y con ese incómodo marco, la tensión acumulada en esta crisis del Sevilla apareció en forma de nuevo conato de pelea entre dos jugadores: Rakitic y Deivid, quienes tuvieron que ser separados ante de que llegase mayores. El pique llegó tras unas palabras supuestamente despectivas que el croata dedicó al joven canterano.

No es que el Betis haya creado una crisis en el Sevilla, más bien la ha agudizado y ha desatado definitivamente la ira de la afición, que ve cómo su equipo sigue descendiendo peldaños y perdiendo las hechuras de equipo grande que ha lucido en los últimos años. A pocas horas de que el Sevilla despida en Nervión la temporada, el partido ante el Rayo Vallecano adquiere carácter de plebiscito general para la dirección del club: Del Nido y Monchi. El hecho de que la cita pueda significar la última oportunidad de ver a Kanouté sobre el campo frenará la estampida de una afición desencantada con quienes hace unos años recuperaron precisamente su ilusión. Tiempos de crisis en el Sevilla, que vuelve al kilómetro cero y con la obligación de recuperar la receta mágica: vender para crecer.