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Liga BBVA | Atlético de madrid 1 - Real Sociedad 1

Sin ambición no hay Champions

Sin Diego, un Atleti vulgar. Gabi: gol y roja rigurosa, pero evitable. Simeone echó al equipo muy atrás. Vela igualó en el 91' tras fallo de Courtois y Juanfran.

<b>FALTA. </b>Ifrán lanza con la pierna derecha la falta previa hecha por Gabi. La barrera colchonera la formaban Domínguez, Adrián, Mario Suárez, Salvio y Koke.
FALTA. Ifrán lanza con la pierna derecha la falta previa hecha por Gabi. La barrera colchonera la formaban Domínguez, Adrián, Mario Suárez, Salvio y Koke.

Cuando te pasas la vida caminando al borde del abismo, antes o después te despeñas (salvo que seas Keith Richards). El Atleti lo sabe bien y parece gustarle, así que ha estado toda la Liga jugando con fuego, manteniéndose vivo con respiración asistida en una carrera, la de la Champions, de coches con las ruedas pinchadas. Si fallaba, siempre había otro que tropezaba después y le permitía tener (y desperdiciar) otra oportunidad en la jornada siguiente. Y así mil veces. Hasta ayer, cuando se cayó para no levantarse. Tenía que suceder.

La tarde pintaba plácida, un entremés suave antes de atacar los platos fuertes (el Málaga y la Europa League). La Real Sociedad, ya de por sí de naturaleza distendida, llegaba al Calderón con la salvación atada y un once sin varios titulares, entre ellos Vela, su jugador más determinante. Con este panorama, Simeone decidió dar un razonable descanso a Diego. Con Arda, Adrián y Falcao debía bastar, pero...

Pero un día más el Atleti demostró que sin Diego el fútbol le parece magia. Los mediocentros a duras penas crearían ruido con una flauta; de música ni hablamos. Koke no explota (y será difícil que lo haga en la banda) y Arda tiende a dispersarse sin su socio, intentando hacerlo todo solo. La primera parte fue un horror, con el Atleti dando por hecho que la victoria llegaría sola. Una actitud más digna de un amistoso que de un examen final.

Tal era la impotencia local que la Real acabó la primera parte en el área de Courtois, con Zurutuza de maestro de ceremonias e Illarramendi rozando el gol. No venía el equipo txuri-urdin con ánimo bélico, pero si le dejan jugar tiene un considerable talento ofensivo, pese al empeño de Montanier en jamás exponerlo todo a la vez. El Atleti se trabajó irse al vestuario abroncado por la grada.

Pero no cambió nada. De hecho, en el minuto 48, Agirretxe, a placer, desaprovechó un pase fantástico de Zurutuza. Sólo una jugada aislada parecía capaz de rescatar al Atleti y llegó en un disparo lejano de Gabi, duro y ajustado al palo. Gran gol. Era el minuto 54 y el partido se aletargó, los dos con ganas de irse a casa.

Pero el propio Gabi rompería la paz en coproducción con Iglesias Villanueva. En el 69', el rojiblanco robó un balón limpiamente y el árbitro pitó falta; la protesta fue desaforada y vio tarjeta. Cuatro minutos después, levantó demasiado el pie ante Carlos Martínez. Un juego peligroso que Iglesias, con la matrícula de Gabi tatuada en la frente, tardó un suspiro en castigar con la segunda amarilla. Vengativo el árbitro, poco inteligente el futbolista.

La expulsión despertó a los técnicos. Montanier metió dos puntas (Llorente y Vela, un peligro constante) y la Real se lanzó a por el empate. Simeone reculó: cambió a Adrián y Falcao por Diego y... Godín. Así, el Atleti se encerró descaradamente en su área y facilitó el asedio, concediendo al enemigo entrada libre hasta la cocina del castillo.

Y pasó lo que tenía que pasar: el Atleti se despeñó. En el descuento y él solito, para más inri. Córner mal defendido, Juanfran no despeja, Courtois no la coge y Vela lo agradece. Gol. Y así se despidió el Atleti de la Champions y se jugará la temporada en Bucarest: título o fracaso. Al filo una vez más. Ni Keith Richards.