Llorente escribe la gesta

El Athletic desató anoche la locura en Bilbao al meterse con todo merecimiento en la segunda final europea de su historia 35 años después de la injusta derrota ante la Juventus. En realidad, la locura lleva tiempo instalada en La Catedral, desde que un bendito loco llamado Marcelo Bielsa cogiese en julio de los cuernos a un pelotón de ilusionantes futbolistas que se ha llevado por delante a ilustres clubes como PSG, Manchester United, Schalke y anoche a un mezquino Sporting de Portugal, que se sintió inferior los noventa minutos y cayó con justicia cuando todo apuntaba a la prórroga.

Fue Llorente quien escribió la gesta final rematando con un gol de oportunista su soberbio partido, con una jerarquía que hizo que las dos torres portuguesas pareciesen hormigas. El Athletic ya está en Bucarest y, miren por donde, es el único club de la Liga que puede hacer doblete esta temporada. Derrotar a Atlético y Barcelona son palabras mayores, pero con este equipo inolvidable todo es factible.

Fue una noche para corazones fuertes. El Sporting llegó a Bilbao con la misión de cerrar espacios, salir al contragolpe y buscar una acción suelta. Pero no contaba con que podía aparecer Llorente, que en la ida había pasado inadvertido entre Xandao y Polga. El campeón del mundo estaba decidido a tirar de su equipo hacia la victoria y se aprestó a ello con una exhibición en el juego de espaldas.

El Athletic marcó pronto, como reclamaba Iraola en la víspera con una acción trenzada desde la derecha. Entró Muniain como un cuchillo y puso la pelota en el pecho de Llorente. Su dejada de cara a Susaeta resultó letal, tanto o más que el zurdazo del guipuzcoano. Su celebración anunciando un bebé fue un parto por adelantado con mucho provecho.

Gol temprano. Se había volteado la eliminatoria pasado el cuarto de hora pero entraba la duda de si seguir mirando hacia arriba, como ha hecho con Bielsa en su corta y fructífera estancia en Bilbao o tocar y tocar para que los de Sa Pinto saliesen de su madriguera. Hubo paciencia, pero no suerte.

Amenazó Polga con un cabezazo que se sacó Iraizoz con un puño al balón y, tras rozar el Athletic el 2-0 con Ibai, llegó el mazazo en forma de empate a una salida mal vigilada de un córner. Van Wolfswinkel, enjaulado entre Javi Martínez y Amorebieta, marcó de zurda.

Pero los de Bielsa reaccionaron a tiempo e Ibai, tras una dejada de postín de Llorente batió a Rui Patricio con la zurda en la misma portería que había hecho historia ante el Schalke. Ese gol fue clave, porque permitió al Athletic manejarse sin prisa. Tocó madera Javi Martínez, luego Insúa y apareció el atrevimiento de Ibai para encontrar a Llorente. ¡Eup!