Sant Jordi concede una tregua a Nàstic y Girona

El fútbol quedó ayer en un segundo plano en Tarragona y Girona. Los jugadores grana y gerundenses visitaron los stands que instalaron ayer sus clubes para conmemorar la fiesta de Sant Jordi. Ambos conjuntos se sacudieron la presión por la lucha del descenso y se olvidaron durante algunas horas de la agonía de verse cerca de la Segunda B. "Es un día para disfrutar de la afición. Nos están ayudando mucho y queremos devolverles todo el cariño. Ellos no nos fallan y se lo merecen todo", dijo ayer el medio del Girona Acciari.

El Girona movilizó a toda la plantilla, al cuerpo técnico y al presidente, Joaquim Boadas, para acercarse a la parada que la entidad había preparado y poder firmar autógrafos y merchandising a los aficionados. "Hoy es un día de club. Hace ilusión ver a la gente. Nos dan muchos ánimos y nos dan muchas esperanzas. Aquí nadie da nada por perdido. Son ocho puntos los que nos distan de la salvación y el grupo confía en que se logrará", afirmó el técnico del Girona, Javi Salamero. Coro también fue ayer protagonista y sobre la actual situación del equipo confesó que "tras la victoria ante el Sabadell, el equipo está reforzado. Aquí en Girona no se piensa en otra cosa que no sea la salvación. Estamos fuertes y con muchas ganas. Lo vamos a lograr".

La plantilla del Nàstic tampoco falló a la cita y disfrutó con los centenares de aficionados que se acercaron a la Rambla Nova de Tarragona. Rubén Pérez y Mingo fueron los protagonistas por la mañana: "Es una iniciativa fantástica. Son momentos muy duros, pero la afición está con el equipo. Hemos sufrido un golpe muy duro, pero desde aquí prometemos a la gente que no bajaremos los brazos y que seremos profesionales. Daremos la cara en los partidos que quedan".

Ya por la tarde, fue el turno de Sergi Juste y Álvaro Rey. "En los últimos partidos el equipo ha demostrado una falta de identidad y carácter. Ahora queda lo peor", dijo el extremo andaluz.