Liga BBVA | Osasuna 1 - Málaga 1
Justo e inútil reparto de puntos en el Reyno
Empate en un encuentro repleto de alternativas que saca de Europa a los navarros y recorta el colchón de puntos de los andaluces en su lucha por la Champions. Nino y Cazorla, goleadores.
Osasuna y Málaga firmaron tablas en el Reyno de Navarra en un partido que estuvo plagado de alternativas en el dominio del juego y en el que el reparto de puntos hizo justicia a lo visto sobre el césped. Los de Pellegrini comenzaron mejor, pero permitieron rehacerse a los de Mendilíbar, que mandaron durante gran parte del primer tiempo. Tras el descanso, fueron los andaluces los que crearon más ocasiones de peligro. Nino adelantó a los locales poco después de la reanudación y Cazorla cerró el marcador con un golazo desde fuera del área. El empate saca de Europa a los navarros y recorta el colchón de puntos de los andaluces en su lucha por los puestos Champions.
Un arranque huracanado del Málaga, basado en un gran ejercicio de presión, sirvió a los de Pellegrini para gozar de la primera ocasión del encuentro antes de que se cumpliera el minuto de juego. El portero Andrés Fernández salió victorioso del mano a mano ante Joaquín. El tramo inicial del choque transcurrió con el equipo visitante dominando a un rival al que la pelota le duraba muy poco en los pies y al que impuso el ritmo que quiso en cada momento. Rebasado el cuarto de hora, un potente disparo de Puñal, que Kameni mandó a saque de esquina con una gran intervención, dio un vuelco total a la dinámica del envite. Osasuna dejó de ser el frío equipo del comienzo para dar paso a una reacción que le sirvió para encerrar a los andaluces en su campo.
La respuesta en la presión de los de Mendilíbar convirtió el encuentro en un choque descontrolado del que se supo aprovechar Osasuna, que adelantó líneas hasta instalarse en la zona de tres cuartos de su ataque, poniendo en aprietos a su rival, aunque sólo con disparos lejanos. Cuando el equipo navarro atravesaba su mejor momento, el Málaga estuvo cerca de romper la igualada del marcador con dos ocasiones casi consecutivas que pusieron un nudo en la garganta a todos los presentes en las gradas del Reyno. Damiá evitó el gol in extremis tras un disparo a bocajarro de Cazorla al que siguió un latigazo con la zurda de Monreal que se estrelló de forma violenta en el palo derecho de Andrés Fernández.
El transcurso de los minutos ayudó a que la figura del Málaga fuera creciendo hasta acabar imponiendo su ley en la recta final de los primeros cuarenta y cinco minutos. Ambos equipos se retiraron a los vestuarios con un empate a cero que hacía justicia tras una primera mitad muy igualada en la que el Málaga, tras un buen comienzo, permitió a Osasuna asentarse y hacerse fuerte en la presión para apoderarse del mando del encuentro durante un buen puñado de minutos. La resistencia presentada por los hombres de Pellegrini en los instantes finales del primer acto hacía prever un tenso y reñido segundo tiempo en el que ambos equipos estaban obligados a darlo todo por tres puntos vitales.
Tras el intermedio, el partido se reanudó sin un dominador claro. Ambos equipos buscaron de forma decidida hacerse con la posesión del balón para desactivar a su rival y emprender su plan ofensivo. Un disparo de Cejudo, que Kameni despejó a saque de esquina con apuros, fue la antesala de la jugada del primer gol del encuentro. Un error de precipitación de Kameni aliñado con la agresiva presión local sirvió para recuperar un balón que el propio Cejudo puso medido en el segundo palo para que Nino abriera el marcador viniendo desde atrás con un gran cabezazo. La reacción de Pellegrini fue inmediata y el técnico chileno retiró del campo al venezolano Rondón para dar entrada al holandés Van Nistelrooy.
El Málaga acusó el mazazo recibido con el tanto y deambuló por el césped durante quince minutos en los que no vio el balón y los que no supo crear ocasión alguna de peligro. Así, en el ecuador del segundo acto y cuando menos se esperaba, apareció Cazorla para enmudecer al Reyno de Navarra con un golazo de rosca desde la frontal que se fue abriendo hasta perforar la portería de Andrés Fernández. El detalle de calidad del asturiano resucitó a los suyos no sólo en el marcador, si no también en el juego. Los de Pellegrini se desperezaron y se lanzaron hacia arriba, a por los tres puntos. A Mendilíbar no le gustaba lo que veía y retiró a Timor para dar entrada a Lamah. Poco antes, Eliseu había sustituido a Joaquín en las filas visitantes.
Osasuna y Málaga eran conscientes de que el empate no servía a ninguno y buscaron ambos el tanto de la victoria hasta el último suspiro utilizando cada uno sus bazas. En el tramo final las ocasiones claras de peligro, salvo un cabezazo de Camacho al larguero que pudo cambiar el signo del encuentro, brillaron por su ausencia y navarros y andaluces firmaron tablas en un choque plagado de alternativas en el dominio. Los de Mendilíbar abandonan los puestos de Europa League que ocupaban antes del comienzo de la jornada y los de Pellegrini ven reducido su colchón de puntos para acceder a la próxima edición de la Liga de Campeones.