Dongou desatasca un partido insufrible

De nuevo un tanto en la recta final del juvenil camerunés Jean Marie Dongou salvó al Barcelona B en un partido insufrible (1-0), en el que los azulgranas se habían estrellado una y otra vez contra un Murcia encerrado que no buscó más que el empate y acabó marchándose de vacío.

Aún relamiéndose las heridas del 2-6 encajado contra el Hércules, el Murcia salió descaradamente a por las tablas en el Miniestadi. Su rácano planteamiento, sumado al ataque estático del filial, propició un choque insufrible. Desertaron del fútbol los visitantes, al tiempo que el Barça B se atascaba en un dominio pendular.

Y eso que la salida del Murcia pareció valiente. Saltó el cuadro visitante con una defensa de tres y dos extremos, Mario Marín y Óscar, que se replegaban como laterales cuando el Barça amenazaba. Pero de la teoría a la práctica, un mundo.

Con el filial monopolizando el balón desde el minuto uno, los murcianos jugaron agazapados y hasta el minuto 43 no probaron un disparo a puerta, tibio y sin peligro. Tampoco ayudó la poca movilidad local en ataque. Fuera Deulofeu de la lista, los delanteros azulgranas apenas hallaban huecos para que la posesión se tradujera en goles.

La reanudación poco cambió el panorama. Y eso que el segundo tiempo empezó movido, con un peligroso testarazo de Richi que fue respondido por otro del azulgrana Armando en la siguiente jugada. Riverola marró la ocasión más clara para los de Eusebio Sacristán, al cruzar demasiado un disparo en el corazón del área murciana.

El técnico local trató de reforzar la línea de ataque con el mediapunta Espinosa y los arietes Rodri y Dongou, pero el partido parecía ya condenado a las tablas y al sopor. Y cuando agonizaba el encuentro, a falta de cinco minutos para el final y solo un instante después de que el Murcia se quedara con un hombre menos, Rafinha peleó a trompicones un balón en el área pequeña hasta que cayó a pies de Dongou, quien fusiló a Javi Jiménez sin pensárselo.

El mismo desenlace y el mismo protagonista que ante el Alcoyano, hace justo un mes. Dongou, el futuro Eto''o de La Masia, el chico sobre el que se cimenta el sueño africano de la cantera azulgrana, cumplía diecisiete años el viernes. No había mejor manera de celebrarlo que con lo que mejor sabe hacer.

Fue el premio para el equipo que más lo intentó, pese a no ser su mejor día. La cuarta victoria en casa que sitúa al filial octavo en la tabla, camino de culminar una temporada más que notable. Y el Murcia, que vino a empatar, se marchó agravando su sufrimiento una semana más. Ya solo le separan seis puntos del descenso.