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El Milán insiste en Kaká
El presidente de la entidad lombarda, Silvio Berlusconi, pretende el retorno del brasileño al club en el que alcanzó su mejor momento de forma, coronado con el Balón de Oro en el año 2007.
Los rumores en torno a la salida de Kaká del Real Madrid al final de la actual temporada se incrementan conforme su juego pierde peso en el equipo de José Mourinho, quien parece haberse dado por vencido en su empeño por recuperar la mejor versión de un futbolista que en su día llegó a ser consideraro el mejor del mundo.
Pero aunque los tiempos de vino y rosas del brasileño han quedado en el baúl de los recuerdos, en Milán se aferra a ese pasado para autoconvencerse de que Kaká, a sus 29 años, aún podría brillar en el club donde saltó al estrellato y donde aún conserva el cariño de los aficionados.
La posibilidad de su regreso a Milanello ha salpicado este fin de semana las páginas de los diarios italianos, que especulan con su retorno para dotar de clase y calidad al centro del campo de un equipo necesitado de imaginación. En la 'operación retorno' sería clave el empeño que demuestre el presidente del Milán, un Silvio Berlusconi que siempre ha sentido predilección por el jugador y que nunca ha ocultado su deseo de verle de nuevo defiendo la camiseta rossonera.
La última palabra la tendrá el jugador y el Real Madrid; en principio, el club blanco no pondría ninguna objeción a la salida de Kaká desde el punto de vista deportivo pese a que aún le quedan tres años de contrato, pero y siempre cuando se cubran las exigencias económicas del Madrid. Kaká llegó a Chamartín en junio de 2009 a cambio de 65 millones de euros, pero la operación podría resolverse sin mayores dificultades habida cuenta de las buenas relaciones entre los dirigentes de ambos clubes.
Por otra parte, el Milán no es el único interesado en recuperar a su antigua estrella, un Kaká del que también guarda grato recuerdo el que fuera su técnico en Italia, Carlo Ancellotti, quien confía en convencer al brasileño para que asuma los galones de su proyecto en el París Saint-Germain.