Liga BBVA | Betis
La Rosaleda: luces y sombras en verdiblanco
El estadio del Málaga le trae muchos recuerdos a los béticos más antiguos. Mañana no será una final... pero casi. Aunque en otras tres ocasiones sí que fue definitivo. Bajó en 1966, se salvó in extremis con gol de Joaquín Parra en 1985 y firmó medio descenso en su última visita en 2009.
Después del partido de mañana en La Rosaleda todavía quedarán ocho jornadas, pero la sensación en el beticismo es que el duelo ante el Málaga es fundamental para cortar la racha de malos resultados y ponerle freno al nerviosismo generado después de seis jornadas sin ganar y tras dos encuentros muy flojos. No es una final, pero casi... y el estadio costasoleño ya conoce a la perfección las finales béticas por evitar el descenso (la gran diferencia es que en todas las veces anteriores los malagueños también se jugaban la permanencia y ahora luchan por la Champions). Hasta en tres ocasiones se jugó la vida el Betis en Málaga con un balance nada halagüeño de dos descensos en 1966 y 2009.
Luces y sombras para un cuadro bético demasiado acostumbrado a jugar en el alambre. Corría el año 1966 cuando un equipazo con jugadores como Quino, Rogelio, Ríos o Ansola bajó tras empatar en La Rosaleda con un terrible arbitraje de José Plaza y un gol rival en el descuento. 19 años después cambió la historia. Otro gran Betis con Gordillo, Rincón o Calderón volvió a empatar con un tanto de Parra y se salvó in extremis. Y el último precedente fue en 2009. Los béticos ganaban 0-1, pero un gol de Albert Luque acercó demasiado un descenso que terminó de certificarse en el Villamarín ante el Valladolid. Fue otro pésimo día del Betis en La Rosaleda.