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LIGA DE CAMPEONES | MARSELLA 0- BAYERN 2

El Bayern ya mira al Madrid

Con una asistencia y un gol de Robben, los alemanes tienen un pie en semifinales. Mario Gómez marcó su tanto número once. Fue un equipo firme y fiable.

Actualizado a
El Bayern ya mira al Madrid

El Bayern ya tiene las maletas hechas para viajar al Bernabéu. Las preparó en el Velodrome de Marsella, donde pisó con fi rmeza, dejando la huella de un grande de Europa. Con aplomo, ofi cio y chispa, se fue creciendo ante un rival que peleó como un toro bravo, pero que se desangró en cuanto sintió el puyazo del primer gol al borde del descanso. Robben, Lahm, Müller (qué futbolista de equipo) y Mario Gómez diseñaron una victoria de mérito, que debe poner en alerta al Madrid de Mourinho. Salvo campanada no prevista, la semifi nal de Champions ya tiene nombres por este lado del cuadro.

Como un rodillo pesado e imparable, el Bayern fue minando las columnas de sujección del Marsella, casi sin que los franceses fueran conscientes. La banda derecha de Lahm y Robben se fue haciendo profunda a partir del minuto diez, rascando en el lateral de Morel, quizás de los más flojitos.

Sin embargo, el Marsella se resistió a aceptar su papel de víctima sin plantar batalla. El Velodrome era todo un grito de aliento y pedía respuestas, las que en chispazos de contragolpes bien llevados por Valbuena y Amalfi tano llevaron la ilusión a la grada. Un despliegue efectista, poco práctico y escaso de sangre en el remate de la verdad. Deschamps empezó a intuir lo peor evidenciando nerviosismo en el banquillo.

No le gustaba el paisaje al técnico francés porque Badstuber, Boateng y Lahm sacaban la escoba y limpiaban sin mayores agobios las arrancadas del Marsella. Una defensa bávara fiable de la que tendrá que tomar nota la delantera del Madrid. Los ataques franceses se quedaban en fuegos de artificio, mientras que el Bayern seguía amasando su golpe de gracia cada vez más cerca de Andrade.

Robben. Una vez, dos veces y a la tercera metió la espada Robben para sorprender al Marsella en una contra que culminó Mario Gómez. Era el minuto 43 y cuajaba ese dominio encubierto, no aplastante, pero a la vez imparable del Bayern. Un gol que se veía venir porque Robben empezó a juguetear con la defensa marsellesa muy pronto, creciéndose en cada regate, en cada pase sabiéndose superior. Lo cierto es que el contragolpe nació de un corte de Lahm con la mano, pero Velasco Carballo hizo gestos de considerarla involuntaria. Así lo interpretó y, aunque seguramente errado, nadie del Marsella se fue a por el árbitro.

Resignación francesa, silencio en el estadio. El Bayern ya empezaba a mirar al Madrid desde el descanso en el Velodrome, seguro de la descomposición del Marsella. La entereza alemana pasó el test de resistencia sin mayores sufrimientos.

Y ocurrió lo previsto en la segunda parte. Entró en juego Ribéry, que hasta la hora de partido anduvo acomplejado por la vuelta a casa. Despertó, se asoció con Robben y planearon el ataque definitivo a la trinchera marsellesa: Robben lo culminó con un segundo gol plácido, elegante y que es un aviso para el Real Madrid. Este Bayern tiene talento arriba y entereza atrás. La semifi nal promete un duelo de los que pueden hacer historia en la Champions.