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Liga BBVA | Espanyol 1 - Málaga 2

Una Champions en dos minutos

Van Nistelrooy y Demichelis remontan con goles de 'caza'. Ingenioso y estéril tanto de Coutinho. El Málaga ya es cuarto. El Espanyol, a tres de Europa

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<b>SONRISAS Y LÁGRIMAS. </b>Coutinho, artista en el 1-0, se lamenta tras uno de los goles del Málaga.
SONRISAS Y LÁGRIMAS. Coutinho, artista en el 1-0, se lamenta tras uno de los goles del Málaga.

Dos minutos pueden marcar toda una vida. Así es el destino. Lo sabe el Espanyol, que no hace tanto (en 2006) salvó la categoría en el 92' y que sin ir más lejos el pasado jueves había rescatado un punto todavía más in extremis. Más lo sabe el Málaga. Los de Pellegrini han remontado ya seis partidos en esta Liga, y ayer lo experimentaron en dos zarpazos de su tarde de caza. De aves voraces que fueron Van Nistelrooy y Demichelis, entre el 76' y el 78', apresando sendos balones sueltos en el área perica. Esos 120 segundos de ayer en Cornellà-El Prat no marcarán una vida, pero acaso sí la suerte de ambos equipos en el devenir de una competición: el Málaga alcanza la cuarta posición y empatado con el Valencia, tercero, mientras que el Espanyol -que a un cuarto de hora del final se veía a un sólo punto de la zona Champions- está ahora a siete de ese privilegio y a tres de Europa.

Pero no se puede hablar de dos minutos azarosos, ni de sinrazón. El Málaga plasmó en sus dos goles el apetito que había demostrado tener durante todo el encuentro. Evidenció que, jugando como lo hizo ayer, merece estar ocupando posiciones de Champions. También que tiene plantilla para hacerlo, que no es flor de un día. Isco o Cazorla templan el balón como pocos en esta Liga, Eliseu desborda cuando le ceden un metro y Rondón atenaza los músculos de cualquier defensa rival. Por no hablar del incombustible Van Nistelrooy, quien marcó en el primer balón que tocaba. O de Demichelis, que tras cumplir con creces en la contención se sumó arriba para dar tres puntos. El Málaga fue superior, al fin, pues a veces el fútbol se resume en eso: gana el que mejor juega. Aunque siempre nos quedará saber si a ese 1-2 se añadieron deméritos del Espanyol, que desapareció a la media hora, como si Pochettino tuviera en la banda un interruptor de encendido y apagado.

Los pericos, contrariamente, habían entrado muy conectados. Buscaron la posesión y la obtuvieron. Marcaron en su primera oportunidad, una falta directa -la primera que convierten esta temporada- que merece resaltar con detenimiento. Lo botó Coutinho, ingenioso y astuto (y también goleador, pues ya lleva cuatro dianas y roza el pichichi del equipo), pero también estratega: disparó con sutileza, a ras de césped, ajustado al segundo palo. Aprovechó el salto de la barrera, emulando lo que antaño obraron sus compatriotas Ronaldinho o Rivaldo. No fue un mero arrebato de magia brasileña, o al menos no sólo eso, pues Verdú -con quien ya conecta de maravilla sobre el campo- le recordó antes del lanzamiento qué debía hacer: durante la semana habían advertido que el Málaga actúa así. Curioso desliz el de los andaluces, quienes tienen en el balón parado una de sus armas más letales, Cazorla mediante.

Kameni lo cambió todo.

Pero ese 1-0 conllevó la posible fractura de Willy Caballero, que estrelló su mano izquierda en el palo -como después harían Maresca e Isco en sendos disparos a la meta de Casilla- y propició el debut de Kameni. Otro de esos guiños del destino: el camerunés aún no había tenido ni un minuto esta temporada, y tuvo que irrumpir ayer. Quizá por los minutos perdidos en el cambio, probablemente por el shock de ver a Kameni delante, el Espanyol se desenchufó. Quedaba una hora y, ni con los cambios posteriores, se volvió a ver a aquel equipo ambicioso. Lo más que hicieron fue reclamar tres penaltis, ninguno claro.

Lo aprovechó, cómo no, el Málaga, al que ceder el balón es como regalar una estilográfica a un premio Nobel: acabará escribiendo una obra maestra. Captó la inseguridad perica atrás y asestó dos zarpazos cruciales en esos 120 segundos definitivos. Un partido en lo que dura un golpe de microondas. Van Nistelrooy empató tras un despiste de Javi López, que el lateral trató de enmendar. Y Demichelis materializó el triunfo malacitano a la salida de un córner, solo en el segundo palo tras un cabeceo de Rondón. Actuaron como un equipo de Champions, y eso demuestra la tabla. En el Espanyol, sin embargo, sobrevuelan otra vez las sempiternas dudas.

kameni debutó ante sus 'ex'

La lesión de Willy Caballero, que hoy se hará pruebas y podría sufrir una fractura en el metacarpiano, propició una jugada del destino. Carlos Kameni disputó sus primeros minutos oficiales esta temporada, precisamente contra el Espanyol, que en enero le vendió al Málaga. Sucedió en el que había sido su estadio. Entró ovacionado. Y se marchó imbatido.