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Liga BBVA | Betis

Estado de excepción para recibir al Espanyol

Mel se aísla para huir de la presión: Silenzio stampa y puerta cerrada

Estado de excepción para recibir al Espanyol

La semana se va enrareciendo en el Betis con el paso de las horas. Cierto es que el equipo vive un mal momento tras la derrota en Vallecas y que las críticas hacia el juego y la actitud de los futbolistas están siendo tan duras como merecidas. Pero ni la plantilla ni el club están sabiendo capear el temporal de la forma más adecuada. De momento han tomado dos medidas nada populistas. Primero van a entrenarse a puerta cerrada todos los días salvo el viernes, donde se hará una breve sesión de recuperación, por lo que los aficionados no podrán estar cerca de sus jugadores como es habitual cada día en la Ciudad Deportiva. Y lo más noticioso es que no se escuchará la voz de ningún futbolista en toda la semana. Han quedado restringidas las comparecencias en público, ya sea entrevistas con los medios o en rueda de prensa. El club considera que 'bunkerizando' a los jugadores todo irá mejor y no se distraerán en demasía, pero hasta el momento lo que están consiguiendo es aumentar la presión con medidas nada habituales.

Lo que está claro es que el Betis se juega gran parte de la permanencia en los dos encuentros como local que disputará en las menos de 72 horas que separarán el choque ante el Espanyol del jueves y el del Racing de Santander del domingo. "Estamos jodidos", fue lo último que dijo Mel a su llegada a Sevilla el domingo y será la única reacción que se tenga desde el interior del vestuario hasta la rueda de prensa de previa que ofrecerá el propio técnico mañana, porque ni tan siquiera habrá declaraciones de los futbolistas en los medios oficiales del club.

Dolidos.

Los que no entienden demasiado lo que le ocurre a sus jugadores cuando se enfrentan a equipos del mismo nivel del Betis son los aficionados. En lo que va de temporada se han ido llevando desilusiones, pero lo vivido en Vallecas sólo siete días después de la exhibición de juego y derroche físico ante el Real Madrid ha terminado por enfadar al beticismo. No hay duda de que una vez más volverán a animar a sus futbolistas el jueves cuando salten al terreno de juego para medirse a una de sus bestias negras (el Betis sólo le ha ganado en uno de los últimos 13 partidos que el Espanyol ha jugado en el Villamarín), pero no se repetirán las espectaculares entradas de los dos últimos encuentros en casa. A pesar de bajar el precio de las mismas, el enfado con el equipo y el hecho de jugarse el partido un día entre semana a las 20:00 horas retraerá la presencia de hinchas en las gradas heliopolitanas.