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OSASUNA 0 - GETAFE 0 | LIGA BBVA

Osasuna huele Europa y el Getafe respira tranquilo

Osasuna y Getafe cierran sin goles su compromiso en el Reyno de Navarra. Los de Mendilibar duermen en zona europea y los de Luis García se asientan en la tabla.

DAVID F. SANCHIDRIÁN
Osasuna huele Europa y el Getafe respira tranquilo

El reparto de puntos en el Reyno de Navarra no amargó a nadie. Osasuna duerme en posiciones europeas (sexto a la espera del resultado del Espanyol) y el Getafe navega plácidamente por un mar tranquilo (a doce puntos del descenso). Bien es cierto que el gran papel de ambos conjuntos esta temporada puede provocar cierta sensación de inconformismo con el empate. Más si cabe en los jugadores osasunistas, que pudieron acostarse en puestos de Liga de Campeones, por mucho que su entrenador diga que hablar del cuarto puesto es "hacer el indio".

Quizá no lo consiguieron porque despertaron tarde. O porque el Getafe se cerró bien. Lo cierto es que se vieron dos partidos bien diferentes en Pamplona. El primero resultó encorsetado, pensado más en guardar las formas que en agredir. El paso por los vestuarios despojó a los equipos de las ceñidas fajas y el partido se resquebrajó sin llegar a romperse hacia ningún lado. Lo intentó más insistentemente Osasuna pero el Getafe levantó un dique consistente en defensa e incluso buscó su premio con contragolpes.

Dos equipos con las tareas adelantadas se retaban en el Reyno de Navarra. Osasuna podía cruzar la frontera virtual de los 42 puntos que otorga la permanencia. Si los tres puntos caían en bando getafense, los azulones se hubieran quedado al borde de la misma franja.

La intensidad pamplonica en su estadio obligó al Getafe a plantear una contienda sustentada en la velocidad en ataque y el sacrificio en tareas de retaguardia. Porque el dominio del juego se intuía, y así fue, rojillo desde el pitido inicial. Un sometimiento creciente con el paso de los minutos por la agobiante presión de la segunda línea y la verticalidad desde los costados, sobre todo en la banda de Lamah.

El Getafe no le hizo ascos a su 'papel secundario'. Dejó jugar pacientemente a su rival hasta encontrar un momento de despiste y entrar en casa ajena. Lacen fue el único jugador azulón que se aventuró a merodear la fortificación navarra, pero siempre desde la lejanía, sin inquietar al portero Andrés Fernández.

La preocupación por no cometer errores tácticos acabó con la creatividad y la improvisación de un partido que ganó algo de emoción en los últimos minutos del primer acto con dos ocasiones calcadas en los dos bandos. Dos faltas lejanas botadas al núcleo del área fueron cabeceadas por dos de los hombres más fuertes de cada conjunto, pero ni Cata Díaz, del Getafe, ni Raúl García, de Osasuna, supieron dirigir el balón a puerta. Como la creatividad escaseaba en el Reyno, los rojillos utilizaron otras armas reglamentarias. Por ejemplo, la astucia. Al filo del descanso, los osasunistas rozaron el gol al sacar rápido una falta pero Moyá le ganó el mano a mano a Nino.

Osasuna y Getafe se pierde el respeto

Por suerte, el partido se desprendió del corsé en la segunda parte. Osasuna y Getafe ya no se miraban fijamente a los ojos pensando más en defenderse del golpe que en propinarlo. Ambos se soltaron y hasta deleitaron con detalles de quilates como el de Lamah al borde del área transformando el lujo del taconazo en un recurso certero que Nino no supo rentabilizar.

Si el belga era la cabeza visible de Osasuna, Pedro Ríos era la del Getafe. El jerezano era la mejor vía de escape para dar cordura al juego azulón y en ocasiones para poner en peligro la portería de Andrés Fernández. La más clara vino de una combinación con Miku pero su disparo se estrelló en las redes del arco pamplonica.

Mendilibar no tardó en utilizar el comodín de Lekic. El serbio, recuperado en tiempo récord de su intervención en el cúbito, desplazó a Nino a la banda y el sacrificado fue Lamah, el más vistoso del equipo navarro hasta ese momento. Tampoco es que Osasuna llorará su marcha a los vestuarios porque su dominio fue 'in crescendo' con el paso de los minutos.

Luis García también movió el banquillo. Apeló a la veteranía en el tramo final con Casquero y Güiza. Con ellos sobre el césped del Reyno, el Getafe se preocupó más en conservar un punto que peligró en el tramo final con el disparo de Raúl García al palo. El reparto de puntos no amargó a ninguno. Osasuna duerme en Europa y el Getafe vez cada vez más lejos el abismo.