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Liga BBVA | Mallorca 2 - Atlético de Madrid 1

Cholo guardó y se fue sin nada

No sacó a Arda y el Mallorca se puso 2-0. Autogol de Godín y tanto de Pereira. Falcao falló un penalti y marcó un golazo. Inútil asedio atlético contra diez.

<b>RAMIS SUJETÓ EL BALÓN CON LAS MANOS. </b>En el minuto 52, se produce una melé sobre la línea de gol bermellona tras un remate de Adrián. El esférico se queda en la línea y Falcao intenta marcar, pero el balón no supera a Ramis ya que lo tiene sujeto con un brazo sobre la línea. Penalti y expulsión del central.
RAMIS SUJETÓ EL BALÓN CON LAS MANOS. En el minuto 52, se produce una melé sobre la línea de gol bermellona tras un remate de Adrián. El esférico se queda en la línea y Falcao intenta marcar, pero el balón no supera a Ramis ya que lo tiene sujeto con un brazo sobre la línea. Penalti y expulsión del central.

Con el equipo jadeante y el duelo directo contra el Athletic acechando, Simeone recuperó en Palma aquellas conservadoras ideas iniciales que había ido descartando a base de buen juego: solidez atrás, posesión la justa, salidas rápidas sin demasiada elaboración y, en el peor de los casos, un puntito valioso para esta carrera europea en la que todos avanzan a trompicones. El problema fue que, aunque se intente obviar, el peor de los casos es siempre una derrota. Y ayer se dio ese peor escenario para los rojiblancos, propiciado por la empanada propia durante 50 minutos y la inspiración del Mallorca durante 150 segundos.

La primera parte fue un suplicio, como si, aprovechando el horario de las 16:00, ambos equipos quisieran propiciar el record Guinness­ de chistes sobre siestas. Anduvo cerca. Sólo rompían el sopor los apariciones del Chori Castro; imaginar la razón por la que los árbitros siguen dejando jugar a Aouate con una vestimenta (naranja oscuro y pantalón negro) clónica a la de sus compañeros y luego te cambian los colores de un Sevilla-Betis, y los goles de Torres a muchos kilómetros de allí, que los atléticos sintieron propios.

Del esperpento atlético durante la primera parte tuvo mucha responsabilidad Simeone que, sin Diego ni Tiago, dejó en el banquillo a Arda, el único creativo en el centro del campo. El turco es físicamente frágil, pero mientras Adrián o Koke están con la lengua fuera, él sólo había sumado 90 minutos en dos partidos tras estar antes dos semanas parado. Difícil justificar su suplencia con el cansancio. Empieza a parecer que Arda no llena al Cholo por razones complicadas de entender por rendimiento, nivel y entrega.

Con el Atleti incapaz de dar dos pases seguidos (ni uno si el balón le caía a Salvio), el Mallorca, que tampoco había salido con peineta y ganas de fiesta, se fue viniendo arriba. Nunes y Ramis secaban a Falcao y Adrián no aparecía, así que tras el descanso Caparrós soltó levemente las correas de su equipo. La recompensa fue instantánea y descomunal: dos goles en dos minutos y medio. Primero, Godín metió el pie donde no debía y metió en su portería un remate de Castro que se iba fuera. De inmediato, Pereira marcó cruzado tras una bonita combinación de Víctor y Hemed.

Penalti y roja. En plena locura, el Atleti pudo resucitar de inmediato. Ramis sacó con la mano un balón que entraba en la portería de Aouate: penalti y expulsión con 40 minutos por delante. Pero Falcao lanzó como si nunca en su vida hubiera intentado darle una patada al balón: flojo, raso, centrado... Aouate lo paró y sus compañeros dudaron si felicitarle a él o al colombiano.

Ya en superioridad y sin margen, Simeone recurrió a Arda y a Mérida, que dejó unos minutos tan interesantes como inesperados. Si resucita, sería una bendición en tiempos de escasez. Muy pronto, en el 66', Falcao se redimió con un golazo: recortes a Chico y Nunes y maravillosa vaselina desde fuera del área. Una obra de arte. Quedaba tiempo y Mérida remató al palo casi de inmediato, pero el asedio fue ruido sin nueces, con el Mallorca defendiendo de libro. Una reacción tardía y un final con una moraleja obvia y a menudo olvidada por el Atleti: si eres superior, la mejor manera de ganar es comportándote como tal.