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Europa League | Besiktas-Atlético

El Atleti visita Estambul en reserva

Los del Cholo, con síntomas de agotamiento, defienden un 3-1 ante el Besiktas

Paolo Tagliavento.
efe

El Atleti afronta un doble reto en Estambul. El primero y fundamental, pasar a los cuartos de final de esta Europa League que se pone cada vez más golosa. El segundo, evitar cualquier susto derivado de aquel incómodo gol de Simao en la ida y ahorrar las máximas energías posibles, ya que el estado de agotamiento que padece la escasa plantilla de Simeone es alarmante.

Ante el Granada, la victoria llegó con apuros y varios futbolistas (Adrián, sobre todo) reventados. En los dos partidos anteriores (Sevilla y la ida ante el Besiktas), los rojiblancos se vinieron abajo tras el descanso. Son pocos, Diego y Tiago siguen de baja y le esperan tres choques fundamentales en su lucha por la Champions (Mallorca, Athletic y Zaragoza) en ocho días. Simeone lo sabe y se plantea dar descanso hoy a Adrián o Koke. Se lo permite la recuperación total de Arda, que regresa a la ciudad donde es un ídolo, aunque al estadio donde le odian. Hay morbo y el ambiente será tremendo.

Peligro.

En el Besiktas, regresa Hugo Almeida, baja en Madrid. Con dos extremos como Simao y Holosko (Quaresma está apartado tras insultar a Carvalhal, lo de este chico no lo arregla ni Mendes), un tanque de 1,90 como el portugués puede causar problemas. La habitual prestancia por alto de Courtois y Godín se antoja vital.

El Atleti tiene motivos para el cauto optimismo. En el Manzanares, mientras le duró el resuello, se mostró varios escalones por encima del Besiktas. Sobre todo en el medio, donde sólo Manuel Fernandes opuso resistencia. Y la defensa turca es floja: sus centrales aún andan buscando a Adrián y Salvio. Puestos a pedir, 45 minutos como aquellos y a descansar. Decirlo es sencillo, veremos si también lograrlo.

Arbitra Tagliavento tras su error en el Milán-Juve

El colegiado italiano Paolo Tagliavento será el encargado de dirigir el choque. El árbitro transalpino saltó tristemente a la fama el pasado 25 de febrero en el Milán-Juve al no conceder como gol un cabezazo de Muntari, que Buffon sacó casi un metro dentro de la portería. Tagliavento dejó seguir el juego, a instancias de su asistente, y el enésimo escándalo arbitral en Italia quedó servido. El lío no se llevó por delante al árbitro, pero sí a Romagnoli, su asistente, al que mandaron a la nevera. Hoy Tagliavento saltará al campo con dos ayudantes diferentes Grilli y Cariolato. Este último tampoco tuvo un feliz pasado fin de semana cuando anuló un gol legal del juventino Pepe en Génova. Un nuevo escándalo. Tagliavento está considerado uno de los mejores árbitros italianos y su estilo es el de dejar jugar y pitar lo menos posible. Estará en el próximo Campeonato de Europa de selecciones. -J. García