Champions League | Bayern 7 - Basilea 0
Gómez, Ribéry y Robben postulan al Bayern al título
El ariete anotó cuatro goles ante un Basilea lastimoso
El Bayern afronta el reto mayúsculo de plantarse en la final de la Champions en su fortín, el Allianz Arena, desplegando un fútbol burgués de mediocampo hacia atrás y aristocrático desde la medular hacia adelante. Fiabilidad alemana en la creación, ayer con Gustavo y un Kroos que se disfrazó de Xabi Alonso para abastecer a su póker ofensivo. En Ribéry asoma la verticalidad de Di María mientras Müller emula a Cesc en el frente de ataque tras Gómez. Pero la dimensión real del Bayern la ofrece Robben, que tiene el mejor primer paso con el balón cosido al pie, Messi aparte.
En el primer gol, Robben, al que su ambición empujó a tirar un desmarque que nadie entendió, rescató un balón perdido para fusilar a Sommer. En el segundo, Arjen encontró a Müller en sitio y momento convenido, muy al estilo Fábregas. Llegadores imposibles de marcar, merodeadores de área. El tercero evidenció algo conocido, el oficio de Gómez, quien remachó un pase que Badstuber persiguió con fe ante el descrédito helvético. Tres goles al descanso, sin pisar el acelerador ante un Basilea decepcionante por indolente.
Frenesí. El perfil de juego de los alemanes tiene más que ver el frenesí del Real Madrid que con el tempo del Barcelona. Si el segundo gol lo habrían firmado Messi y Cesc, el cuarto, quinto y sexto lo podían rubricar Di María e Higuaín. Desborde de Ribéry a banda cambiada y centro tenso rematado por Mario Gómez, goleador implacable. Robben cuadró el círculo anotando el séptimo. Y todo con el metrónomo muniqués en el banco: Schweinsteiger. Un jugador de pegada descomunal al que Heynckes ha entregado la escuadra y el cartabón. Este Bayern se antoja peligroso si propone combates sin tregua, a puerta grande o enfermería. Otra cosa es si el adversario, pongamos Real Madrid o Barcelona, le buscan las costuras. Lahm se va arriba y Alaba es un lateral efervescente al que Shaqiri encontró las cosquillas. Badstuber y Boateng parecen fiables, aunque no tanto como Neuer, su bastión defensivo. Así es el Bayern de Heynckes. A ratos fiable como un Audi, a ratos lujoso como un Mercedes.