Liga Adelante | Elche 1 - Valladolid 2
Sisi se quita la espina
El Valladolid remontó tras una gran segunda parte
El Valladolid dio ayer un paso de gigante en su carrera hacia el ascenso. Y lo hizo en el mismo escenario en el que ocho meses atrás echó el cierre a la temporada de manera abrupta. El Martínez Valero citó a dos equipos llamados al playoff y en el que el conjunto de Djukic dio un recital de juego y ocasiones en el segundo acto. La victoria viajó a Pucela con un ajustado marcador pero con un abismo entre las sensaciones de los dos aspirantes. Nicki Bille adelantó al Elche justo antes del descanso, pero Javi Guerra y Sisi voltearon el marcador en el segundo acto. De paso, se quitaron la espina del año pasado.
La igualdad marcó la primera parte. El Elche presumió de una mejor puesta en escena, ante un Valladolid con muchas reservas. Kike Mateo fue protagonista de salida. Primero vio la amarilla por simular un penalti en el primer minuto mientras que, a continuación, fue objeto de una clara falta al borde del área. Rueda, último defensa, mereció ser expulsado pero el árbitro miró hacia otro lado. La jugada pudo cambiar el guión del partido pero quedaba un mundo por delante para justificar lo ocurrido por esa jugada. El arreón inicial del Elche precedió al paso al frente visitante. Sin embargo, el conjunto de Bordalás golpeó primero. El gol aguardó hasta el último minuto antes del descanso. Marc Valiente falló en una cesión atrás que Nicki Bille aprovechó para salir como una flecha hacia la portería de Jaime, sentar a Rueda, sacar sus pistolas y desatar la locura en el Martínez Valero.
La segunda parte pareció de otro partido. El Valladolid salió a por todas y el Elche empezó a marchitarse con la lesión de Albacar, que en el descanso fue sustituido por Perico. Juan Carlos sacó una mano milagrosa para evitar el empate en un córner, pero nada pudo hacer para evitar el gol de Javi Guerra. Carpio también pidió el cambio y Luque confirmó el entuerto. Del Elche, poco o nada más se supo.
Los locales empequeñecieron y los visitantes se agigantaron, ganando cada batalla y llegando por doquier en cada acción del segundo periodo. La entrada de Óscar González fue la daga que faltaba para finiquitar al muerto y encumbrar al mejor. Revolucionó el partido, tuvo tres oportunidades (dos paradones de Juan Carlos y el larguero evitaron su gol) y convirtió en un muñeco roto el centro del campo ilicitano.
Letal.
El Elche se encomendó al fútbol directo y la estrategia, mal ejecutada por Luque, para amarrar un punto imposible. Era cuestión de minutos que el Valladolid se aliara con la victoria. Lo hizo a cinco minutos del final. Sisi abrazó el triunfo. La celebración representó la rabia contenida del pasado playoff y la necesidad existente por los tres puntos. Ahí murió el partido.