El cuarto árbitro: del anonimato a la agotadora fama

Babacar: el sueño comenzó en morro jable

El Barça puso en liza a todas sus figuras en Santander y eso fue demasiado aval ante un Racing con dudas y nuevo entrenador. Messi e Iniesta resultaron inalcanzables, aunque se intentara neutralizar su presencia con el ímpetu de Babacar. Tiene una historia curiosa este delantero senegalés que acaba de llegar cedido por la Fiorentina. Y es que su formación se produjo en el centro de alto rendimiento que el exjugador y técnico Franco Rondanini tiene en Morro Jable (Fuerteventura). Hasta allí llegan jóvenes promesas que conviven y se entrenan durante días ante la atenta mirada de distintos entrenadores. Con 14 años se presentó Babacar en busca de una oportunidad y enseguida encontró cobijo en Italia. De las convivencias al profesionalismo. Del chico soñador a rival del Barça. Casi nada.

La tranquila vida de Salvio con Simeone

Muchas cosas han cambiado desde la llegada de Simeone al Atlético. Una de ellas, sin duda, es la calidad de vida de su compatriota Salvio. El argentino disfruta ahora de los minutos y las oportunidades que le faltaron con Manzano. Con el Cholo ha sido titular en la mitad de los encuentros y alguna buena actuación le ha permitido incluso regresar a la selección. Suele haber feeling entre jugador y técnico de una misma nacionalidad cuando están en el extranjero. Ocurre también entre ellos. Y el Toto es feliz así. Su día a día consiste en entrenar y pasear por el tranquilo pueblo de Majadahonda en el que vive. Le basta con eso y la confianza del entrenador para enseñar su mejor versión. Esta.

Osasuna descubre a su nuevo Henry

Mendilibar se sacó de la chistera ante el Athletic a un estético delantero cuyo nombre merece la pena apuntar. Al menos eso indica su tarjeta de presentación de anoche. Manuel Onwu, natural de Valtierra aunque con la sangre anglo-nigeriana que le aportó su padre, destacó por encima del resto mientras estuvo en el campo. Fue la fugaz aparición de un ariete con zancada de antílope, un Henry a la navarra que lleva años destacando en el fútbol regional de la Comunidad Foral. Tras pasar tiempo en el equipo de su pueblo y el Tudelano, Osasuna le dio la oportunidad de soñar con alcanzar algún día la élite. Ayer llegó ese instante. Por fin. Un rato para el disfrute. El suyo y el del resto.

El mito perico tenía algo que decir aún

Volvió Tamudo a Cornellà-El Prat. Y lo hizo para marcar. No debe ser fácil para un jugador que ha militado 18 años en un club y ha hecho 129 goles con aquella camiseta medirse a la afición y al escudo con el que siempre se identificó. Estos futbolistas legendarios en la historia de una entidad prefieren terminar su camino en Inglaterra, Turquía o algún alejado emirato con tal de no verse en la tesitura que ayer sufrió Tamudo. Pero él no. Él siempre pensó que su recorrido en el Espanyol se truncó prematuramente y se esfuerza en demostrarlo. El año pasado lo hizo con la Real y este con el Rayo. En su estadio. Con su gente. Frente a su querido Espanyol. El mito perico tenía algo que decir.

El personaje: Sagués Oscoz

No se encuentran con facilidad situaciones más indigestas que las que protagonizan los cuartos árbitros cuando les toca suplir al trencilla principal. El colegiado vasco Gorka Sagües Oscoz lo sufrió en sus carnes cuando pasó del anonimato a la fama sustituyendo a Iturralde el sábado en el Villamarín. Se entiende la labor de estos auxiliares como algo puramente burocrático. Consiste en pedir calma a los entrenadores más beligerantes, destacar en la tablilla el dorsal de los jugadores en los cambios, anunciar los minutos de añadido... Poco más. Una actividad que no implica riesgo, por lo general. Pero si la lesión de un compañero les obliga a aparecer en escena sin apenas preparación mental el resultado es indescifrable. A Sagüés Oscoz le salpicaron por ello jugadas en las que le reclamaron penaltis y manos, demasiada responsabilidad para alguien sin ese papel de antemano. Suele pasar. La fama es dura. Y si llega sin avisar, aún más.