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Liga BBVA | Atlético de Madrid 2 - Granada 0

El peor juego, el mejor resultado

Un Atleti fundido gana el partido más gris de la era Simeone. Miranda y Falcao, goleadores. Juanfran brilló. El Granada, romo. Roja rigurosa a Henrique.

<b>AGRADECIMIENTO. </b>Perea llega a la celebración del 2-0, en la que Gabi y Falcao se abrazan a Juanfran.
AGRADECIMIENTO. Perea llega a la celebración del 2-0, en la que Gabi y Falcao se abrazan a Juanfran.

El fútbol tiene estos caprichos. Afrontaba el Atleti el partido ante el Granada con la cabeza llena de dudas que tenían mucho más que ver con el resultado que con el juego y lo abandonó con la sensación de que el equipo está fundido, que urge el regreso de los lesionados, que fue el peor día de la era Simeone... Pero con tres puntos vitales que convierten cualquier daño en rasguño anecdótico. La nómina de goleadores reflejó una similar descompensación entre méritos y recompensas: Miranda y Falcao jugaron un partido vulgar y se fueron a casa como héroes. Pero el cómo daba igual ayer. El Atleti necesitaba ganar para afianzarse en la pelea por la Champions y lo hizo. Tocaba.

Pero desde el inicio quedó claro que los rojiblancos no estaban para lujos. Pese a las ausencias, accidentales y provocadas, el Granada se encontró muy cómodo. Mikel Rico, futbolista de maduración tardía y futuro interesante, se comía a Mario y Gabi, y Jaime se empeñaba en resucitar al Miranda de principio de curso, el que parecía más una verbena que la sólida muralla que ha sido los dos últimos meses.

Pero a este Granada de Abel le cuesta más meter un gol que tirar un caño; era acercarse a la frontal del área de Courtois y ponerse más nervioso que un adolescente en un desfile de Victoria's Secret. Godín se bastaba para frenar las vigorosas pero irreflexivas acometidas de Uche y la lesión de Jaime, el mejor hasta entonces, actuó como bromuro para las ansias visitantes.

Por su parte, el Atleti no afinaba en ataque. El agotamiento de Adrián era evidente y, sin su suministrador habitual, Falcao se veía obligado a retrasarse a buscar el balón en zonas donde sus virtudes se diluyen, engullidas por sus limitaciones. Mientras, el electrón libre llamado Salvio deambulaba sin hallar uno de esos momentos de lucidez repentina que cambian partidos. Así, los locales buscaban los córners como si fuera el colegio y tres seguidos valieran un gol. Casi, pero no.

Después de seis saques de esquina en los primeros 18 minutos, el premio llegó en el séptimo, ya en el 39'. Tras un rechace, el balón le vuelve a Gabi, que cuelga al segundo palo donde Godín cabecea de vuelta al centro. Allí aparece Miranda para redimirse con una espectacular volea acrobática. De la nada, el Atleti se iba 1-0 al descanso.

Sin reacción. El gol destrozó al Granada, que acometió la segunda parte con la fe de un ateo. Sin alardes y ahorrando energías para próximos retos, el Atleti durmió el partido con la única intención de alcanzar la orilla sin sobresaltos. La entrada del recuperado Arda (ahora necesita que vuelvan Diego y Tiago) le dio presencia, la rigurosa roja a Henrique le ayudó y el cambio, aparentemente defensivo, de Perea por Adrián acabó siendo la puntilla.

Porque Juanfran recuperó la confianza (más la ajena que la propia, que nunca le faltó) con su exitosa transformación a lateral y, cuando vuelve al extremo, al fin es el que triunfó en Osasuna. Así, en el minuto 91 se dio una carrera como si acabara de entrar para regalarle el 2-0 a Falcao, que aún pudo arreglar más su mañana con un remate al palo en la siguiente jugada. Los méritos de Juanfran para acudir a la Eurocopa como lateral empiezan a ser dignos de estudio. Mientras, el Atleti lo disfruta. Y mucho.