Europa League | Manchester United - Athletic
Media ciudad inglesa va con el equipo rojiblanco
Los del City, asombrados por la fidelidad al Athletic.
Sentarse en una cafetería (el día lluvioso no está para alegrías ni alardes) en los alrededores de la estación de Picadilly, en uno de los pubs que desembocan en la plaza del triángulo o, si se es más atrevido, en algún establecimiento de Canal Street ofrece la certeza de que no es un día cualquiera en Manchester. Cada poco tiempo aparecen distintivos rojiblancos por las principiales vías de la ciudad. Anoche se estimaba que había un millar largo de hinchas. Desde primera hora de la mañana de hoy el número se multiplicará por siete hasta llegar a los 7.500 rojiblancos que se reunirán en Old Trafford.
El desplazamiento más numeroso que ha tenido el Athletic en sus confrontaciones europeas ha ido ganando adeptos para la causa entre los hinchas del City, que es rival directo del United por hacerse con el título en la Premier y también un contrario en la Europa League. Los azules, enfrascados hoy con lo que ofrezca su equipo en la eliminatoria que le mide al Sporting de Lisboa, no tienen duda de que además del City esta tarde y el próximo jueves compartirán pasión con el Athletic.
El color rojiblanco fue anécdota el martes, pero ayer fue convirtiéndose en norma. Incluso los que tienen el fútbol como una cuestión inferior ya han advertido qué supone el Athletic. Ponen Bilbao en el mapa y les llama la atención lo variopinto de la tropa representada: además de jóvenes infatigables que llevan la camiseta cosida al pecho, la fisonomía del grupo es amplia: cuadrillas veteranas; compañeros de viaje que en una experiencia así dan el paso hasta casi proclamarse hermanos de sangre; padres con sus hijos; yernos con sus suegros... Una mezcla envidiable.
El Athletic es todo un ejemplo de pasión y fidelidad. Que se lo pregunten a Howard Kendall, que ayer estuvo al lado del equipo y hoy se sentará con ganas de animar.