"Nunca me pegaron tanto como ante el Göztepe"
Miguel San Román fue el portero rojiblanco en el partido jugado el 22 de noviembre de 1967 en Esmirna. El choque entró en la leyenda de la entidad madrileña, ya que el Atlético jugó gran parte del choque con nueve. El Göztepe marcó en el minuto 109 y hubo peleas a la conclusión.


Usted fue protagonista de uno de los partidos que ha pasado a la historia del club madrileño, el Göztepe-Atlético jugado en Esmirna...
Y bien que lo recuerdo. Ganamos 2-0 en el Calderón y en la vuelta nos sucedió de todo. Al poco del inicio el colegiado expulsó a Collar y en el segundo tiempo también echó a Ufarte. El encuentro duró hasta que el conjunto turco hizo el 3-0. Una vez que marcaron, pitó el final. Y porque marcaron, que si no lo llegan a hacer aún estamos jugando.
Las crónicas de la época dicen que el árbitro se cebó con el Atlético...
Era un yugoslavo y al final del choque le dijimos de todo. Jugamos casi todo el partido con diez y mucha parte de él con nueve. El primer gol fue una falta fuera del área que el árbitro convirtió en penalti. En el primer tiempo ya descontó bastante.
¿Qué es lo que más le llamó la atención del partido?
El terreno de juego. Era de tierra negra y me recordaba al del campo del Gas, uno que había en Madrid. Podía medir 80 por 40. Cuando llegamos a jugar pensaba que estaba en edad juvenil. Me río ahora cuando dicen que la UEFA inspecciona todos los campos, su estado, la sala de prensa... Antes no había nada de eso.
Me imagino cómo serían ciertos campos...
Entonces era otro fútbol, los campos eran otros, la vida en general era diferente. Era todo mucho más oscuro, más extraño, no tenía tanta trascendencia como tiene ahora. Ahora hay doscientos periodistas en cada partido, se televisa a todos los lados, las imágenes se repiten mil veces... Entonces muchas veces no sabías nada del rival que te tocaba.
Las crónicas hablan también de que al final les pegaron de lo lindo sobre el propio césped...
Nunca en mi vida me sacudieron tanto. El vestuario estaba en la parte contraria a la portería que yo defendía en el segundo período. Fue pitar el final, y la Policía llevarme al vestuario zurrándome de lo lindo. Venga a porrazos. A mí y a Jayo. ¡Qué somanta nos dieron! Hubo peleas y pasó de todo al final. Pero hay muchas más anécdotas.
Soy todo oídos...
Recuerdo que viajamos en un vuelo privado y que en esa ocasión vinieron nuestras mujeres. Tal y como se había puesto el partido, se marcharon en el descanso al hotel. El ambiente estaba tan caldeado que lo mejor fue que se marcharan. El vuelo de regreso a Madrid fue al día siguiente. Estaba previsto que saliera a las diez de la mañana, pero los dirigentes hicieron unas gestiones y pudimos salir un par de horas antes. Estábamos amedrentados. Y eso que habíamos perdido.
¿Recuerda alguna experiencia parecida?
Posiblemente no. En el estadio había un reloj y el bueno de Calleja me preguntaba cada poco que cuánto tiempo quedaba. Yo le decía: Isacio, hasta que termine, hasta que pite el final. Marcaron y acabó.
Fue una pena porque el Atlético tenía un equipo muy bueno para haber llegado lejos...
Es cierto, teníamos un equipo con gente de mucha calidad. Un buen equipo. Fue una experiencia muy triste.
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Ahora el equipo tiene una papeleta dura con el Besiktas...
Será una eliminatoria dura y competida. Pero el Atlético es un conjunto duro y fuerte. Hay que lograr una buena renta para la vuelta, para ir con cierta holgura.



