Liga BBVA | Málaga
Baptista se da tres semanas para volver
Julio Baptista estuvo ayer en la presentación del acuerdo de colaboración del Málaga con la marca automovilística Porsche. Sonriente y optimista, La Bestia cuenta los ya escasos días que le faltan para regresar al césped. Dos o tres semanas... si el técnico lo considera conveniente.
Buenísima noticia para el Málaga. El calvario de Julio Baptista transcurre cada vez más cerca de concluir. El brasileño ya está recuperado de su lesión en el sesamoideo externo de su pie derecho. Ahora se encuentra en la recta final de su regreso. La inflamación ha desaparecido y en cuestión de días volverá a entrenarse con el grupo. Ya está tocando balón y físicamente se encuentra muy bien porque no ha dejado de cuidarse. Ayer estuvo en la presentación del acuerdo de colaboración por dos temporadas con la firma automovilística alemana Porsche, acto al que también acudieron el mánager general, Fernando Hierro, y el defensa Sergio Sánchez. Baptista declinó hacer declaraciones pero se mostró sonriente. El sábado se cumplirá una vuelta desde que jugó su último partido, el 1 de octubre de 2011 contra el Getafe, donde además marcó uno de los mejores goles de la Liga, en el último minuto y de maravillosa chilena. Desde entonces, médicos, gimnasio, recuperadores, trabajo, una operación realizada el 7 de diciembre y la recta final de este largo proceso de recuperación.
Si se cumplen estos sueños en la literalidad soñada por La Bestia y siempre que el entrenador, Manuel Pellegrini, lo considerase oportuno, el soñado momento de su regreso a los estadios podría barruntase para el 24 o 25 de los corrientes contra el Espanyol o el 1 de abril en La Rosaleda frente al Betis. Son fechas orientativas y sujetas, lógicamente, a los vaivenes de la evolución en un proceso que parece haber cogido velocidad de crucero.
El calvario de Baptista, que empezó en Campoamor tras el involuntario pisotón recibido de un compañero, no ha desanimado al musculoso futbolista que ahora, con la sonrisa dibujada en su rostro, vuelve a sentirse cada vez más importante y empuja para volver a jugar.