Real Madrid | Objetivo indiscreto

Vallecas 1977, el córner de una vieja España

Cuando las pasiones giraban entre Felines y Nadiuska

<b>11-12-1975. </b>Felines saca un córner en un partido del Rayo contra el Valencia (3-0) jugado en Vallecas.
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España era así en 1977. La altura media de los varones no sobrepasaba el 1,70, las televisiones en color costaban 85.000 pesetas y se vendían a plazos, el número de parados ascendía a 620.000 (sobre una población de 36 millones), había 27 inmigrantes rumanos registrados en todo el país y Nadiuska derretía el invierno con el hit cinematográfico Desnuda Inquietud.

En este córner de Vallecas se concentra una muestra significativa de la sociedad española. Para empezar, Felines, ídolo rayista, capitán y debutante en Primera División a los 34 años. Bajito (más que la media), pero reconcentrado; pareja artística de otro mito: Potele. Esa temporada contaron poco ante el empuje de los universitarios (Alcázar, Anero, Landáburu...), pero el apodo de "matagigantes" les corresponde a todos. En la primera vuelta ganaron a Real Madrid, Valencia, Athletic y Atlético, además de empatar contra el Barcelona. Acabaron terceros esa vuelta triunfal.

Si Felines define a un tipo de español rocoso y landiano, el público que le observa completa la radiografía sociológica de una época. Concentrados en la indumentaria, apenas se distinguen unos vaqueros (3.600 ptas), los que podría vestir el joven de la esquina superior derecha. Era la prenda en auge, en combinación con las camisas de cuadros, lo que nos permite deducir que los espectadores del fútbol no estaban a la última moda, sino más bien a la primera.

Quant.

El resto del público se divide entre las pellizas Luis Aragonés, las gabardinas Colombo y el valeroso cuerpo gentil (no olviden que estamos en diciembre). Todos coinciden, sin embargo, en los pantalones de campana, diabólica invención de la diseñadora británica Mary Quant, amnistiada en el juicio final porque también inventó la minifalda.

El hombre con barba de la primera fila compone una tipología especial: el progre. Su presencia en el fútbol vallecano era minoritoria, como se aprecia en la imagen, pero creciente en otros ámbitos y parcelas. Hasta el Rey se dejó barba ese año durante un breve periodo de tiempo. La Transición le agradeció el afeitado.

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En general, el cuadro es de una austeridad asombrosa. Ni una bandera, ni una bufanda. Lo único nuevo son las vallas, estrenadas esa misma temporada y en pie hasta 2011. El otro síntoma de incipiente modernidad es la marca deportiva de camiseta y botas. El dato es concluyente y asombroso: Adidas vistió cuatro años antes al Rayo que al Madrid.

Eran otros tiempos. Otro mundo. Aquella tarde pitó Guruceta y el cronista escribió: "Se equivocó tan poco, y en lances de tan escasa importancia, que el público esperó al final para dedicarle una sonora ovación".

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