Amistoso | España - Venezuela
Llorente, en el examen final a los elegidos
Sale a un gol cada 91' en la Selección. Se las ve con Amorebieta
Veintitrés acompañan a Del Bosque en este viaje y veintitrés irán a la Eurocopa. La Rosaleda celebra, pues, un examen final para los elegidos disfrazado de amistoso y azul celeste, nuevo tono de la segunda camiseta nacional, hoy primera. Será frente a Venezuela, sparring bien diferente a lo que nos aguarda en Polonia y Ucrania, pero equipo cuidado, venido a más (46 del ránking FIFA) e ilusionado en llegar por primera vez a un Mundial. Ya se midió a España en junio, con peor marcador (0-3) que juego. Entonces le ayudaron la temperatura, la humedad y el césped seco. Hoy sopla en su contra Málaga, que alarga el entusiasmo del Día de Andalucía hasta un campo repleto y volcado (20.000 ayer y 30.000 hoy). Pero hay enemigo. 17 de sus 21 convocados juegan fuera (seis en España) y camino de Brasil 2014, empata en cabeza con Uruguay y Argentina.
En España, juega Llorente, un magnífico secundario, imprescindible siempre en el plan B, al que las circunstancias (caídos Villa y Negredo, excluido Torres, recién llegado Soldado) le otorgan un papel principal. Se le ha abierto el cielo y lo merece. Ha disputado 19 partidos con España, sólo uno completo y cinco de titular. Pero ha metido siete goles, uno cada 91 minutos, y ofrece presente: 20 tantos ya con el Athletic este curso. Un nueve magnífico y un tipo con encanto para el público cuyo centinela será Amorebieta. Sirven un duelo con guasa.
A Llorente le acompañará música clásica, con Xabi Alonso (que ayer sufrió un doloroso golpe en el entrenamiento) y Busquets en el eje y Silva, Cesc e Iniesta para crear y llegar: 31 goles suman esta temporada. Del Bosque mima así el sóleo de Xavi y no incomoda al Barça ni al jugador. Y asume atrás el plan que casi le impone Mourinho: Ramos será central, junto a Piqué, e Iraola se abre paso a costa de Albiol, penalizado por su reiterada suplencia. Un lateral más y un central menos.
La segunda parte abrirá una puerta al futuro, porque cuatro de los cinco creadores (sólo falta Ander Herrera) que hicieron a España campeona de Europa Sub-21 están aquí para apretar. Son la segunda generación del tiqui-taca. Una generación descarada que lideran Mata y Javi Martínez y a la que se suman Thiago y Muniain, ansioso por debutar. Traen prisa.