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Atlético | Pido la palabra

Cesc fue el único que se empleó con dureza

Pérez Lasa sacó amarilla siempre a los atléticos

Actualizado a
<b>ARRASA. </b>Cesc no se corta y entra con todo a por Juanfran.
daniel sastre

Me negaba a aceptar las tesis de Roncero sobre la tropa mediática de los culés y al final le voy a tener que dar la razón. Estoy indignado con la campaña azulgrana de tapar la influencia de Pérez Lasa en el triunfo en el Calderón al no pitar el penalti clamoroso por la mano de Busquets y señalar fueras de juego inexistentes a Falcao y Adrián cuando se iban como flechas hacia Valdés. Todos a una hablan y no paran de la dureza rojiblanca. La palabrita "rascar" que me subleva. Meras empanadas mentales fundamentadas en el hecho de que su estrella Messi se mosqueaba cuando le entraba un rival a quitarle el balón.

Pues bien, que no se confundan. El que se pasó de la raya fue Cesc en el primer minuto de descuento de la primera parte, como demuestra la foto. Atacaba por la banda izquierda del fondo norte del Calderón y Juanfran le comió el terreno, le hizo una carga legal con el hombro y el centrocampista no asumió esta acción. Se revolvió de malas maneras y lanzándose al suelo barrió al lateral madrileño y a todo lo que se le puso por delante. Era algo más que la amarilla que le sacó Pérez Lasa y parece que ahora ha quedado en el olvido. Con el listón que aplicó el colegiado durante todo el partido, Cesc se tenía que haber marchado al vestuario y las tensiones se hubieran acabado. Lo que pasa es que se asustó con esta posibilidad y apostó por la diplomacia, pese a que Miranda y Godín fueron a pedirle explicaciones. Incluso Cesc sabía que se había pasado tres pueblos y se puso la mano en el rostro para disimular que también se sentía dolorido con esta lucha. Nadie puede con este documento acusar a los atléticos de ser muy leñeros.

Me desagrada la leyenda que se intenta crear sobre el equipo de Simeone. El Barça está jugando en el terreno de la hipocresía y ahora busca excusas para justificar sus excesos. También en el minuto 70 Alves, en una acción con Filipe Luis, le lanza un manotazo más que cuestionable. Pérez Lasa pita falta y le saca amarilla por una acción en la que no estaba el balón por medio y que muy bien podría haber sido roja. El propio Guardiola se dio cuenta de lo que había pasado y no dudó en cambiarle por Cuenca, pues sabía que se había salvado de milagro de irse al vestuario antes de tiempo. Como me gusta ir con la verdad por delante, el único exceso colchonero fue de Godín a Alexis en el minuto 23 que podría calificarse de tarjeta naranja.

El Barça y su gente deben dejar tranquilos a los atléticos. Asumir que también tiene ayudas arbitrales y olvidarse de los llantos que aburren a media España. Es un estilo que crea muchos enemigos y que nadie olvide que con Simeone el Atlético muerde sobre el campo, pero buscando siempre la pelota y nunca con mala intención. Estas campañas de desprestigio no las vamos a admitir. El Barça que se pegue, si puede, con el Madrid, y que se olvide para siempre de nosotros.