liga bbva | valencia 1 - sevilla 2
¿Soldado o Negredo? Navas
El extremo sevillano fabrica el primer gol y marca el segundo de un sólido y muy recuperado Sevilla que mete en problemas a Emery: el Valencia generó poco juego y estuvo blando atrás.
Si era un partido para medir la recuperación del Sevilla con Míchel al volante, el veredicto es positivo. Si la misión era calibrar los males del Valencia tras el naufragio del Camp Nou, las sensaciones no fueron buenas. Y si se trataba de una balanza que midiera en un mismo rectángulo de juego a Negredo y Soldado en su carrera hacia la Eurocopa, el resultado fue que el que desde luego merece el puesto para la defensa del título en Ucrania y Polonia es... Jesús Navas.
El extremo sevillano no ha vivido su mejor temporada pero es un jugador distinto, un cuchillo que abre el campo, desborda y centra: genera juego y da un perfil sin mucha réplica, pegado en banda a la cal, en el fútbol actual. Da opciones para partidos trabados y da respuestas tácticas y planes B. En Mestalla generó el gol del empate llegando a línea de fondo y poniendo un centro que acabó rematando en plancha Medel, al que Míchel está reconvirtiendo en llegador, y marcó el segundo a la contra. El Sevilla avisó y avisó y finalmente Kanoute rescató un mal control para rebañar un pase que remachó Navas a placer. No fue casualidad. Todo el segundo tiempo fue un ejercicio de dominio plano del Valencia y de cómodo atrincheramiento del Sevilla, incisivo en jugadas de vuelta con su rival partido y, como tantas veces, hecho un flan atrás.
¿Y Negredo? ¿Y Soldado? Ligera victoria a los puntos del primero porque le benefició más el juego de su equipo y porque apareció más, casi siempre como facilitador, abriendo espacios y procurando dejadas para Kanoute y las incorporaciones de centrocampistas. Soldado peleó en punta sólo primero y con Aduriz después y apenas tuvo ocasión en un Valencia que empezó bien y se descosió. Porque, otro síntoma del partido, Míchel le traspasó la ansiedad y parte de los males que ha heredado a Emery.
Europa es ahora mismo la tabla de salvación del entrenador del Valencia, un cargo siempre de exigencia y presión máximas. En la Liga sigue tercero pero perdió la ocasión de dar un golpe en la mesa y olvidar el zarandeo del Camp Nou, donde estuvo a años luz de competir con la mínima exigencia. Empezó bien, dominó, generó juego por la banda izquierda (Mathieu - Alba) y se adelantó con un disparo letal de Tino Costa desde la frontal. A partir de ahí permitió primero el equilibrio y luego la emboscada del Sevilla, que le enseñó el señuelo y le castigó con salidas eléctricas lanzadas por Navas, Reyes y Negredo. El Valencia sólo respondió con balones colgados, cegado en el eje sin Banega y carcomido en ataque por su debilidad atrás. Otra vez fallos en las marcas, en las coberturas, lagunas individuales y colectivas y una zona de creación que devoró Medel a base de kilómetros.
Lo que para Emery es tensión asfixiante, pese a Europa y pese al tercer puesto, es respiro para Míchel, que enlaza dos victorias y pone al equipo rumbo a la pelea europea, donde le sitúa la lógica pero de donde le había sacado una temporada con tramos calamitosos. El equipo tiene argumentos, un ánimo recuperado y, parece, un plan bien adaptado a sus efectivos. Y en Mestalla además tuvo al mejor jugador sobre el campo, un Jesús Navas que se reivindicó como miembro de la Selección campeona del Mundo y futurible para la Eurocopa. Por si alguien se había olvidado de él.