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Europa League | Lazio 1 - Atlético 3

El Cholismo invade Europa

Partidazo con premio del Atlético. Gran reacción tras el tanto inicial de Klose. Doblete de Falcao. Enorme Adrián: gol y asistencia. El Lazio, barrido

<b>ENCHUFADOS.</b> El Atlético celebra el segundo gol de los rojiblancos, de Falcao. Gabi, Adrián, Filipe y Godín saltando son algunos de los jugadores que abrazan al colombiano.

Con las resurrecciones del Atleti, como con los amores veraniegos, no conviene hacer planes a largo plazo. Hay que disfrutarlas mientras duran y cruzar los dedos. Lo sé, pero... Pero cuando uno ve a este Atleti de Simeone, tan seguro de sí mismo, tan brillante en ataque, tan seguro en defensa, tan imponente, no puede evitar aventurar que va en serio. Muy en serio. Ayer enseñó a Europa lo que España ya sabía: que es un señor equipo con Bucarest, sede de la final de esta Europa League, como objetivo legítimo. Pregunten al Lazio.

No vive el calcio sus mejores días, pero el tercero del Scudetto, con futbolistas de primer nivel como Hernanes y Klose, y en su estadio, es un rival de suficiente peso como para sacar conclusiones. Todas positivas para un Atleti que tardó 50 segundos en fabricar una ocasión clara. Gran pase de Koke (titular sorpresa en lugar de Arda) y Falcao que no mide sus fuerzas y remata alto. Pero el mensaje rojiblanco quedaba claro: aquí mando yo.

Reja debía haberse empollado el partido del pasado domingo en Santander, porque la obsesión laziale era Diego, marcado con una diana en el pecho. Recibía el brasileño y un aplicado jugador celeste acudía raudo a derribarle. Con su líder natural en apuros, Adrián tomó el relevo con la misma naturalidad con la que lleva superando expectativas todo el curso. Sin balón es inteligentísimo, veloz de mente y piernas, y cuando agarra la pelota resulta impredecible por variado. La Selección no debería quedarle lejos.

Lo único que le falta a Adrián es pegada y se vio en el minuto 19. Escorado ante Marchetti, decidió no disparar y pasar atrás hacia un barullo de piernas. En la contra consiguiente llegó el inesperado e inmerecido gol italiano. Disparo lejano de Candreva y extraño, por excepcional, error de Courtois, que no bloca y deja el balón muerto en el área. Y una vez ahí, aunque corran a por la bola cien velocistas, llega antes Klose. Eso es así.

Era el primer gol que encajaba el Atleti en la era Simeone y la primera vez, por tanto, que le tocaba remar contra corriente. Prueba de carácter que solventó en seis minutos. Centro de Juanfran, Falcao que se eleva como quien sube a una escalera y se la deja de cabeza a Adrián para que empate a placer.

La justicia no trajo la paz. Todo lo contrario, desencadenó la furia atlética. Diego empezó a esquivar patadas y, en el 37', aprovechó uno de esos taconazos made in Adrián para hacerle un ocho a Matuzalem y regalarle el 1-2 a Falcao, enchufadísimo ayer. Hay días en los que ningún esférico es imposible de rematar para él, sea una bola de golf o un balón medicinal.

Baño. El Lazio, con Hernanes al fin implicado, amagó la reacción tras el descanso, pero duró un suspiro. Lo que tardó Adrián en inventarse dos jugadas de gol. En la primera (otro taconazo, que al chico le gustan), Zauri sacó bajo palos el disparo de Koke. En la segunda, su perfecta jugada, velocidad y precisión, acabó en gol de Falcao. Punto final. La última media hora sirvió para que lucieran varios de los resucitados por Simeone: el segurísimo Miranda, el reinventado Juanfran (otro que mira a la Eurocopa), el Filipe del Depor, los muy mejorados Gabi y Mario... Todo funciona. No sé cuánto durará, pero ahora mismo el Atleti vuelve a sentirse grande. Y con motivo.