ITALIA | SERIE A
El Inter, en caída libre
El conjunto de Ranieri pierde en casa ante el Bolonia 0-3 dando una pésima imagen. Sólo ha ganado un punto en los últimos cinco partidos. La hinchada coreó el nombre de Mourinho.
Minuto 86. Los aficionados abandonan en masa el Giuseppe Meazza de Milán. Julio César, portero del Inter, mira al cielo, apoyado en un palo. Busca explicaciones. Su equipo ha vuelto a perder en casa, esta vez ante el Bolonia, que celebra con entusiasmo el gol de Aquafresca (jugador cedido por el propio Inter). El resultado: 0-3. Es el segundo partido que los interistas pierden de forma consecutiva en casa, el cuarto en los últimos cinco partidos tras una serie de siete partidos seguidos ganando. De esta forma, el Inter se despide de la Serie A, pero ahora también ve peligrar su participación en Europa el próximo año. Para colmo, y preocupación de Claudio Ranieri, que está en el alambre, la grada de San Siro coreó reiteradamente el nombre de Mourinho. Su antigua afición quiere que vuelve. Cuantos antes, mejor.
El partido empezó frío y siguió esa línea de forma contínua. El Inter, de nuevo con Sneijder y Forlán pero sin Milito ni Ricky Álvarez, trataba de jugar y mover la pelota. Pero las ocasiones no llegaban. Todo el peligro que creaba el conjunto nerazzurro era a balón parado o por la bandas. Centros al área casi muertos, sin intención. Pero aun así, tuvieron alguna ocasión. Maicon remató dos veces de cabeza. La primera la sacó Gillet a bocajarro, con alguna parte de su cuerpo; la segunda, se marchó rozando el palo. Hasta ahí llegó el Inter. Entonces comenzó la conquista del Bolonia, agarrado al eterno Di Vaio (35 años). En dos minutos, el exdelantero del Valencia la armó en Milán. Un gol después de driblar a Nagatomo y batiendo por bajo a Julio César y otro aprovechando un terrible error de Ranocchia, que le controló el balón y dejó vendido a su portero. Era el minuto 38 de la primera mitad y el Bolonia ya estaba 0-2.
La segunda mitad siguió el mismo guión, pero con un Inter mucho más desesperado. Un quiero y no puedo. Los locales sólo llegaban a la meta de Gillet con disparos lejanos, excepto una gran ocasión que Forlán falló incomprensiblemente. Poco después, Ranocchia volvía a fallar, esta vez en el otro área y dejaba muerto al Inter, que veía como Aquafresca sentenciaba a falta de cinco minutos. Nueva derrota, esta casi más dolorosa que la del pasado sábado ante el Novara, último clasificado de la Serie A.