Toulalan y sus siete pulmones

En un mundo en el que cada día disponemos de menos tiempo para cualquier actividad, sería maravilloso poder realizar tareas en varios sitios a la vez. ¿Es esto factible hoy en día? ¿Será posible que podamos llegar a tener este don? Michael Keaton en su exitosa película 'Mis dobles, mi mujer y yo' dio con una solución: clonarse para poder estar en dos, tres y cuatro sitios en la misma fracción de tiempo. Quien ayer viera a Toulalan llegó a la conclusión de que ese viejo dilema de la Humanidad ya estaba resuelto. Mirabas hacia delante y estaba Toulalan; echabas la vista hacia atrás y Toulalan defendía; reparabas en una acción aislada en una esquina, y ahí estaba él con su dorsal '8', sus canas a lo Clooney, más pulmones que el Correcaminos, honesto, serio, inagotable. Hacía mucho tiempo que no disfrutábamos en un campo de fútbol de tanto coraje, carácter e implicación. En los momentos más dubitativos de este Málaga de las estrellas, su impresionante e imperial figura ha sostenido las opciones europeas y los sueños de una afición que le adora, y que corea con entusiasmo y a mandíbula batiente el nuevo grito de guerra: "¡Tou, Tou, Toulalan!".

La Francia mediática está tan emocionada por el éxito de sus chapuceros y groseros guiñoles que se ha olvidado de que en la Costa del Sol tiene un maravilloso futbolista de muchos quilates, que sacaría a la selección bleu de su actual status quo de mediocridad. Mucha gente piensa que Blanc debería llevarle a la Eurocopa y dar carpetazo a la famosa rebelión de Sudáfrica, que terminó con Monsieur Toulalan lejos de su selección pero felizmente en Málaga.

Con los nervios y la emoción a flor de piel, el Málaga solventó con victoria la semana más dura desde que Abdullah bin Nasser Al-Thani es su propietario y presidente. El bajo rendimiento deportivo fue lo de menos cuando a mitad de semana se consumó el desgraciado fallecimiento de José Carlos Pérez, el consejero consultivo que mandaba en el club por designio de los dueños cataríes.

Gol de Pereira

Tras el emocionado minuto de silencio, empezó la pelea. El Mallorca cogió despistado al Málaga en un golpe franco indirecto resuelto con disparo seco desde casi 25 metros de Pereira. A Willy Caballero le pilló frío. A las primeras de cambio los baleares se adelantaban en el marcador. El Málaga temblaba. Y lo peor era que algún pitido ya se escuchaba. Hacía 13 meses que este francés de París no marcaba.

El Málaga tocó a rebato. Sabía que cuanto más tardase en equilibrar la contienda, más crispado iba a estar su público. Se le apareció la Diosa Fortuna a los once minutos. Disparo lejano y flojo de Rondón que Aouate no bloca bien. El error del hebreo fue aprovechado por Seba Fernández, que seguía la jugada para, con toda su adrenalina, incrustar el balón en el fondo de la red. Es el cuarto tanto del uruguayo.

A medida que crecía y crecía la maravillosa figura de Jérémy Toulalan, el Mallorca se diluía. El francés continuaba ayer con su recital de carreras, ayudas, coberturas, recuperaciones y hasta acciones de sobresaliente técnica (él dice que ese no es su fuerte). Un repertorio tan brutal que conmovió a una Rosaleda que coreó su nombre con ganas cuando, a los 55 minutos, anotó el 2-1 al recoger un balón procedente de un pésimo despeje de puños del cancerbero bermellón. El Mallorca, que venía con cinco importantes bajas, entregó la cuchara. Ese gol le hizo mucho daño. Y el Málaga ya jugó a placer.

El tercer gol fue magistral. Partió de un balón recobrado por Toulalan (¡quién si no!). El cuero llegó a Isco que, desde la banda izquierda, observó la inteligente subida por la derecha de Sergio Sánchez. La asistencia del exsevillista fue buenísima y Rondón, con la caña preparada, marcó el clásico gol de pichichi. Su quinto en el campeonato liguero. Y fin del cuento. El Málaga, favorecido por otros resultados, echa el galgo a Europa y el Mallorca ve que no se despega de la zona peligrosa.