Musa deslumbra y Dzagoev pone el arte

Tercer partido en Marbella del CSKA. El entrenador Leonid Slutsky y su segundo Viktor Onopko (espiaron al Real Madrid el sábado en Getafe) siguen con su particular y apresurada pretemporada. El esquema lo tienen claro. En ausencia del lesionado Akinfeev, el portero titular va a ser Chepchugov, que ayer desvió al poste un penalti lanzado por Priyomov. Línea de cuatro defensas donde el único indiscutible es el central Vasili Berezutsky. Reapareció a su lado Vasin, ya recuperado de su lesión, pero como Ignasevich fue baja por unas molestias, en el segundo tiempo se puso en ese puesto el lituano Semberas. Regularcillo. Dzagoev marcó a los 40 minutos un gol de falta directa cometida sobre el técnico (pero lento) Aldonin. Ojo con Dzagoev. Es experto en golpes francos y córners. Y lo hace de cine. Bueno. Con el costamarfileño Doumbia en la Copa de África, empezó como ariete el serbio Tosic, sustituido a la media hora por el liberiano con pasaporte nigeriano Serkou, que se colocó en la banda izquierda, con lo que Musa pasó a ser delantero centro hasta que en el segundo tiempo salió como ariete el checo Necid, un tanque con cierta técnica, recién salido de una lesión. Con libertad de movimientos, Musa es un diablo. A los 85 minutos estrelló en la madera un precioso zambombazo que mereció los honores del gol.

El sueco Wernbloom es un mediocentro que da palos por todas partes. Comete muchas faltas tácticas y rompe el ritmo del contrario. En una de esas acciones, una entrada algo fogosa sobre Appaev, el árbitro coreano Kim-Dae-Yohu sugirió a Slutsky que le sustituyera. Esto, en los amistosos, equivale a expulsión pero sin dejar al afectado con un jugador menos. Salió en su lugar el bosnio Rahicic.

Kim no estuvo tan brillante como contra el Guangzhou. Es un típico coreano de banda derecha que ofrece pelea y carrera, pero poca contundencia, mientras que su lateral izquierdo, Shennikov, sube mucho pero deja huecos. Le cuesta bajar. El CSKA, de manera impulsiva, trata de aproximarse a una puesta a punto de la que sus técnicos admiten, están aún lejos.