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Liga BBVA | Atlético de Madrid 0 - Valencia 0

Mucho ruido y pocas nueces

Partido intenso, duro y de escasa calidad. El Atleti tuvo más ocasiones pero respondió Alves. Juanfran y Alba, los mejores. El Valencia mantiene su renta.

<b>DIEGO ALVES, DECISIVO. </b>El portero del Valencia fue decisivo en el encuentro ante el Atlético. En esta ocasión, le detuvo por bajo un remate a Adrián.
DIEGO ALVES, DECISIVO. El portero del Valencia fue decisivo en el encuentro ante el Atlético. En esta ocasión, le detuvo por bajo un remate a Adrián.

Suele pasar. Cuantas mayores son las expectativas, más posibilidades de llevarte un chasco. Y sucedió anoche en un partido que nunca respondió al cartel que tenía. Nació feo y murió feo, dejando a Atleti y Valencia prácticamente como estaban. Los rojiblancos, seguros, intensos, imbatidos con Simeone y metidos en la pelea por la Champions, pero sin dar el golpe de efecto de situarse cuartos. Los che, afianzados en la tercera plaza, pero sin recuperar el gran nivel que les llevó hasta allí; manteniendo el tipo por oficio, pero sin ganar aún en 2012. Las respuestas tendrán que esperar.

El que respondió, como casi siempre, fue el Calderón. 45.000 aficionados desafiando al frío y vistiendo el partido con ropajes de grande. Sin embargo el Valencia dejó claro desde el principio que no estaba para tonterías. En lo que vuelven las musas, Emery se ha entregado a Albelda, que mantiene la misma filosofía que Lobezno: "Soy el mejor en lo que hago, pero lo que hago no es agradable".

Pero sí efectivo. El ímpetu inicial del Atleti se desvaneció enredado entre faltas. Aunque antes de desaparecer, le dio tiempo a crear esperanzas de un partido mejor. En el minuto 8, centro fabuloso de Juanfran, buen cabezazo de Adrián y estirada salvadora de Diego Alves. Fue un destello fugaz.

El Valencia fue asumiendo el control, aunque la asfixiante presión del Atleti convirtió su dominio en un continuo ir y venir de la pelota por la zona media, las dos áreas lejanas en el horizonte. Con Banega en el banquillo y Pablo Hernández apagadísimo, la única vía que encontró el Valencia de acercar el balón a Soldado y Piatti fue a través de su magnífica banda izquierda: Mathieu y, sobre todo, Jordi Alba.

El examen para ese nuevo lateral llamado Juanfran era de aúpa y él respondió a lo grande: mantuvo el tipo detrás y no se cortó ni un pelo en irse al ataque. En el palco, Del Bosque igual tomó nota de más jugadores de los previstos... Soldado, gran objeto de debate en la Selección, poco ganó ayer sumido en una sobreexcitada batalla con Miranda.

Tras el descanso, el Atleti le metió una marcha más al partido, pero con Diego y Adrián menos inspirados que de costumbre, sólo Arda y Juanfran suministraban al omnipresente Falcao. El Valencia casi agradeció el cambio de roles y empezó a salir a la contra con cierta sensación de amenaza gracias a Jordi Alba y, desde que entró, Jonas.

Susto. Las ocasiones caían con cuentagotas: Miranda anticipándose a Soldado cuando iba a fusilar, una buena volea fuera de Gabi... En uno de los miles de balones que sobrevolaron su área, Alves despejó de puños y, tras el balón, noqueó a Godín, que cayó redondo y se lesionó en la rodilla. Cómo Undiano convirtió ser golpeado en falta del uruguayo es un misterio para mentes más brillantes que la mía.

Finalmente, hizo mella el cansancio y el partido se abrió levemente, un par de centímetros a lo sumo. Bastó para que Rami sacara, bajo palos y casi sin querer, un tiro de Falcao: para que Jonas dejara sólo a Jordi Alba ante Courtois y el zurdo cruzase demasiado, y para que Alves volviera a volar en un disparo de Diego. No fue mucho, pero hay días así, en los que basta con no romper nada. Ambos lo lograron.