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REAL MADRID 3 - ZARAGOZA 1 | LIGA BBVA

Özil y Granero dirigen la remontada del Madrid

Buen partido de Özil y de Granero, directores del juego de un Real Madrid con más elaboración que de costumbre. Marcaron Lafita, Kaká, Cristiano Ronaldo y Özil.

Özil y Granero dirigen la remontada del Madrid
REUTERS

El Real Madrid eligió un camino diferente para ganar al Zaragoza, que parece un equipo más serio y menos vulnerable desde que lo que entrena Manolo Jiménez. La victoria llegó después de remontar el tanto de Lafita y de acunar al rival con posesiones eternas del balón y de olvidar ese juego vertical y directo que ha sido su razón de ser en el último año y medio. Kaká, Cristiano y Özil respondieron al gol del Zaragoza. Goles que nacieron de la elaboración y no de esa electricidad que dominaba su juego. La cuestión es saber si este nuevo estilo será una moda pasajera o ha venido para quedarse.

Özil ha tomado el mando de las operaciones y al Madrid se le ve otro aire en su juego, vive ahora más pegado al suelo que nunca. Los balones viajan acariciando el césped, de un lado a otro, de las bandas hacia el centro y del centro a las bandas hasta crearse los espacios por donde hacer daño al rival. El alemán ha encontrado un socio inesperado, Granero, no por la calidad de éste, bien reconocible y apreciada, sino por el olvido en el que ha vivido toda la temporada.

La lucidez de Özil y de Granero en la construcción compensó la 'ausencia' de Xabi Alonso, al que se vio perdido y menos participativo que de costumbre. No vive su mejor momento el '14' del Madrid, que acabó siendo sustituido por Lass. La altura que alcanzó el juego de esa sociedad formada por Özil y Granero compensó también la presencia de Carvalho, devuelto al once inicial pese a su alarmante baja forma. No fue la única sorpresa en la alineación, por la que también se vio a Altintop como lateral derecho. Cumplió, sin más.

Con la idea de tocar y jugar salió el Madrid y no se apartó del camino ni cuando recibió el gol de Lafita a los once minutos. Falló Carvalho en la defensa de Aranda y Pepe en el marcaje de Lafita, al que dejó empujar el balón al borde del área pequeña. Y totalmente fuera de sitio, Marcelo, despistado y ausente.

Se empinó el camino, pero mantuvo la compostura el Madrid, confiado en que la paciencia en la elaboración debería conducirle al triunfo. Y así fue, aunque para despejar el camino debió añadir una velocidad más en la circulación del balón y en los movimientos de sus jugadores. Pero eso llegó en la segunda parte, al salir de los vestuarios.

Para entonces el resultado ya estaba equilibrado. Empató Kaká al poco de superar el reloj la media hora. Carvalho rompió con un pase toda la defensa del Zaragoza y Kaká supo buscarse el espacio por el que escurrirse hasta plantarse ante Roberto, al que batió por bajo.

El comienzo del segundo tiempo ya fue un aviso de que la vida ya no sería tan plácida para el Zaragoza, refugiado en su campo y obligado a resistir sin balón, lo que multiplicaba la dificultad del objetivo. Primero se reclamó un posible penalti a Kaká y sin tiempo para lamentos o discusiones se juntaron Granero y Özil para regalarle el gol a Cristiano, que estaba en posición muy justa cuando recibió el balón del alemán. Quizá en línea, quizá algo adelantado. Una jugada para ver mil veces y para discutirla otras tantas. El marcador lo cerró apenas unos minutos después Özil, después de una triangulación perfecta con Granero y Kaká.

Con ese gol se alejó de forma definitiva el susto que había provocado en el Bernabéu el colista. Con más de media hora por delante el encuentro ya había ofrecido todo lo que tenía que dar. Apenas volvió a aparecer el Zaragoza cerca de Casillas, que sólo debió intervenir para desviar un disparo de Postiga. En el Madrid, lo único destacada de ahí al final fueron los cambios. El ya mencionado de Lass por Xabi Alonso y los de Callejón e Higuaín por Kaká y Benzema.