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Liga BBVA | Málaga 1 -Barcelona 4

Messi pasa a dirigir la caza

Fabuloso partido del argentino, que marcó tres goles. El gran inicio del Málaga topó con Valdés. Pep reservó a Xavi, Puyol y Fàbregas de cara a la Copa.

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<b>UNA PULGA DIABÓLICA. </b>Leo Messi disfrutó sobre el terreno de juego de La Rosaleda, consiguiendo goles importantes como el segundo de su cuenta y el tercero del equipo.
UNA PULGA DIABÓLICA. Leo Messi disfrutó sobre el terreno de juego de La Rosaleda, consiguiendo goles importantes como el segundo de su cuenta y el tercero del equipo.

Se ve que el interruptor que diferencia al Messi bueno, que es el de siempre, del Messi descomunal, que es más que habitual y que apareció ayer, está en la mano. Ese interruptor estaba en modo off desde hacía un tiempo, en especial cuando el Barcelona jugaba fuera de casa. El miércoles, de manera absolutamente fortuita, por supuesto, Pepe pisó ese interruptor y lo puso en modo on. Y así apareció en La Rosaleda un Messi gigantesco para liderar a un equipo que rotó a tres de sus jugadores más destacados pensando en el Clásico copero. No se notó, Leo junto a un Valdés superlativo, un Busquets magistral y un Alexis en racha, se puso al frente del grupo para dirigir la caza al Real Madrid.

Guardiola era consciente de que en La Rosaleda no se podía fallar porque un despiste ponía la LIga en el alero. A pesar de eso, el técnico barcelonista dejó en el banquillo a Xavi, Fàbregas y Puyol pensando en el partido del miércoles y en cuanto el marcador le dio opción, quitó del campo a Alexis y a Iniesta. A Messi, claro está, hubiese sido un pecado retirarle del terreno de juego.

Pero al inicio del encuentro, no fue Messi el asidero del equipo. Fue Valdés. El partido comenzó con el Málaga achuchando al Barça y con los barcelonistas de siesta. Jugando a un ritmo muy bajo y con poca precisión. Las escasas combinaciones de cierto mérito en el bando blaugrana se diluían a causa del último control. En esas, Isco se erigió en el mejor capital del Málaga y obligó a que Valdés protagonizara su minuto de oro entre el 14 y el 15 de partido salvando tres goles cantados.

Paso al frente.

Las actuaciones de Valdés despertaron al Barcelona, que metió una marcha más en su juego. La máquina empezaba a funcionar, pero estaba fría. Iniesta y Messi tomaron el mando de las operaciones ayudados por el trabajo de un Busquets, cuyos partidos están siendo de manual.

Pasada la media hora de juego, la máquina empezaba a carburar y Messi marcó un soberbio golazo de cabeza al rematar un medido centro de Adriano, que salió como extremo izquierda. Un tanto que hubiera firmado el mismísimo Cristiano Ronaldo, que se supone que en lo único que aventaja al argentino es en el juego aéreo. Otro motivo para el decaimiento del luso.

En la segunda parte, el motor del Barça estaba ya muy fino. Y no hubo discusión sobre el terreno de juego. Messi se hizo el dueño de todas las acciones. El Barça acabó con las esperanzas del Málaga a los dos minutos gracias al empuje de Alexis y a partir de ahí, el partido fue una tortura para los locales. Los del Barça, aleccionados por Guardiola, decidieron ir a por todas y que lo de dormir el partido no iba más con ellos. Subieron la línea de presión y los defensas de Pellegrini vivieron un infierno ante la presión culé.

Fruto de una de esas jugadas, Messi robó un balón, se lo cedió a Thiago, que se lo devolvió y el argentino colocó el 0-3. Pero quería más. Leo disparó una falta a la cruceta y en un eslálom prodigioso colocó el cuarto, una delicia de gol. Sólo la salida de Rondón, incomprensible suplente de Van Nistelrooy, permitió al Málaga levantar el ánimo y minimizar daños.