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Liga Adelante | Deportivo 1-Villarreal B 0

La flor del campeón

El Villarreal: tres palos, gol en propia meta y con diez

Actualizado a
<b>UNA TARDE AFORTUNADA. </b>Aranzubía observa como un remate del Villarreal B se va al larguero, algo que ocurrió ayer hasta tres veces.
UNA TARDE AFORTUNADA. Aranzubía observa como un remate del Villarreal B se va al larguero, algo que ocurrió ayer hasta tres veces.sanchofoto

El Deportivo sumó ayer su quinta victoria consecutiva, lo que le sirve para proclamarse campeón de invierno y además ampliar su ventaja en el liderato a tres puntos. Las maneras no fueron vistosas, ni mucho menos, pero un equipo grande suele estar adornado de muchas virtudes. Los coruñeses han ganado partidos con solvencia y dominio, como el del Almería, o han tirado de oficio y eficacia como en Las Palmas o en Huesca. Ayer tocó la versión de la suerte, esa flor que nadie sabe porqué suele acompañar a los equipos campeones. El Villarreal B, merecedor de mucho más, vio como en los 26 primeros minutos tres de sus remates eran escupidos por el larguero. En el minuto 52 se quedaron con diez por la expulsión de Kiko, pero no renunciaron al partido. El broche de jugadas desgraciadas la puso Lejeune al desviar a gol un taconazo de Xisco con incierto destino. Si siempre les sucede algo parecido, es fácil de entender porqué el mini submarino no gana lejos de su estadio desde la segunda jornada.

El aviso de que al Depor le esperaba una tarde complicada llegó muy pronto. Concretamente a los nueve minutos, cuando Lassad tuvo que dejar su puesto a Riki por lesión. El mal augurio tenía prolongación el campo, con un Villarreal B dominador. Oltra había avisado en la previa que los de Julio Velázquez le iban a discutir la posesión. Se equivocó, el filial amarillo no discutía el balón, simplemente se quedó con él en propiedad. El recital de largueros comenzó el minuto 14 con Moi, siguió en el 21' con Jaume y terminó en el 26' con Manu Trigueros. Fueron ocho minutos de pánico en los que Aranzubía se alió con las maderas, que como muchas veces se recuerda, también juegan.

Presión.

El Depor salió indemne del aluvión, pero hasta el segundo tiempo no se percibió ningún síntoma de mejoría. Oltra ordenó adelantar la presión enviando a dos pulmones, Laure y Álex Bergantiños, a la ayuda de Valerón y Riki. Un robo en la media y un pase de Guardado dejaron poco después solo al madrileño, pero Kiko eligió la roja al mano a mano del punta con Mariño. Con uno más las intenciones se tornaron en acoso, pero el punto de mira de Bruno Gama, Guardado y Riki no atinaba con el destino. En el 58' incluso Riazor cantó gol de Colotto, pero el colegiado anuló su cabezazo al estimar que el saque de córner había salido fuera.

A pesar de la inferioridad el Villarreal se estiraba, pero no era su tarde. En una rápida contra por la izquierda, Guardado centró, Xisco tocó con la espuela y Lejeune marcó en propia puerta. Un triunfo afortunado, cierto, pero tres puntos al fin y al cabo. Ahora toca esperar al Cartagena el domingo para saber si lo de ayer fue sólo flor de un día.