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Copa del Rey | Espanyol 3 - Mirandés 2

Cinco minutos desarman a un Mirandés inmodesto

Los de Pouso eclipsaron al Espanyol e iban 0-2 en el 84'.

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<b>LO QUE PUDO HABER SIDO... </b>Verdú marcó el 3-2 en el 89'. Antes, en el 47', Mateu Lahoz obvió un penalti de Amat a Pablo con 0-1.
LO QUE PUDO HABER SIDO... Verdú marcó el 3-2 en el 89'. Antes, en el 47', Mateu Lahoz obvió un penalti de Amat a Pablo con 0-1.Mira / Molina / Rosales

Llegaban desde Miranda. Pero desde luego que no fueron a Cornellà-El Prat de miranda, a verlas venir. El Mirandés cruzó la frontera entre equipo trabajador y honrado de Segunda B -matagigantes incluso tras haber apeado de la Copa a Villarreal y Racing- y la de un fabricante de fútbol directo, de contención y repliegue para armar ataques con transiciones relámpago por esa zona del campo en que otros se recrean hasta casi montar su tienda de campaña. Pablo Infante, máximo realizador de esta competición con seis goles, no sólo volvió a marcar (con una preciosa vaselina) sino que ofreció un dispendio de juego y aire a los suyos, antes de tomar un coche de madrugada para abrir esta mañana su sucursal bancaria.

Un Infante de la Copa, casi de España, que sólo pudo ser frenado por el rapto de caballería que le dio al Espanyol en cinco minutos, en que pasó del 0-2 a un 3-2 que tanto cambia el signo de estos cuartos antes de la visita a Anduva. Tan inesperada e incomprensible esa remontada para los estajanovistas burgaleses como desconocidos y desdibujados habían estado los pericos hasta ese rush final.

Alain Arroyo había abierto la caja de los truenos perica, en el 27', cruzando de manera magistral un balón a Casilla tras una mala prolongación hacia atrás de Héctor Moreno. Aunque truenos y maldiciones los que debieron escucharse en Miranda de Ebro, al ver que su equipo era objeto de dos penaltis, el primero un puntapié de Dídac sobre Alain y el segundo un agarrón de Amat a Pablo, que Mateu Lahoz se ahorró. Como el presunto fuera de juego en el inicio del rescate perico, el 1-2, obra de un Weiss que fue en líneas generales el mejor de los pericos. Lo cual dice mucho, pues si bien su calidad está fuera de dudas, se trata del jugador más anárquico de la plantilla.

La locura. Los blanquiazules se empiezan a acostumbrar a estos arrebatos finales. Tras el arranque de Weiss, llegaron la euforia de Rui Fonte y la furia desconocida de Verdú, un jugador con tanta pausa como descaro cuando se lo propone.

Y, pese a todo, la eliminatoria sigue abierta para Anduva.