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Copa del Rey | Athletic-Mallorca

Estimulante regreso de Caparrós

Pulso del mejorado Athletic de Bielsa con el utrerano, que no ahorra titulares. Llorente, frente a un muro

Estimulante regreso de Caparrós
juan flor

Noche de alicientes en San Mamés, el único punto futbolístico donde importará un bledo el Madrid-Barça. Está en juego la Copa y nadie la aprecia como el Athletic. Ya es suficiente estímulo para los leones. Si faltase un extra, ahí llega Caparrós, su ex técnico, con un Mallorca sin reservas. Nada que ver con el que visitó Anoeta hace dos semanas con cinco meritorios. El premio de pasar a semifinales es gordo, pero da la sensación de que el utrerano se juega más cosas.

El socio Caparrós, al que el público aplaudirá de inicio como merece, perdería imagen si el mejorado Athletic le desnuda. Nadie olvida su aportación al club, con el acceso a la final copera tras una memorable victoria al Sevilla. Ni él mismo, que de tantos elogios quizás olvide sentarse en el banquillo visitante. No ahorra titulares en prensa ni en el equipo, pese a estar a un punto del descenso con la visita a Vallecas ahí. Y eso que siempre le ha gustado tener a sus jugadores fresquitos.

Otra filosofía.

Bielsa se maneja con la pelota por abajo, manda en la posesión, busca gol y espectáculo sin triquiñuelas. Lo hace con mimbres mejorados por el sevillano (Llorente y Toquero), con algunos que ahora son de otra galaxia (Amorebieta y Susaeta) y dirigidos por una media inventada. Iturraspe y De Marcos han pasado de residuales a jugarlo todo con El Loco. Pidió a Herrera, pero no llegó a manejarlo.

Caparrós ganó el pulso en el 1-1 en Son Moix. Se jugó atropelladamente, con parones. Hace falta ver si puede con este Athletic desmelenado, más en forma. En Palma, no jugó Llorente, su diferencial en Bilbao. Pondrá un muro para emparedarle. Habrá frío y lluvia, un aliciente para la Copa en La Catedral.

Sólo tres aficionados a su llegada

La llegada de Joaquín Caparrós al hotel de concentración en la capital vizcaína, el Dómine, no deparó la expectación que quizás se auguraba. Tan solo tres aficionados, uno de ellos conocido del técnico utrerano le entregó una foto plastificada. El resto era prensa, tres cámaras y varios fotógrafos que inmortalizaron la bajada del autobús de Caparrós y todo su cuadro técnico. Su segundo, Luci Martín, portaba de debajo del brazo una ensaimada, un dulce típico de la isla de Mallorca. Detrás le siguió el entrenador de porteros, Luis Llopis. Caparrós, como siempre, estuvo sonriente y muy amable con los fotógrafos y los cámaras, a los que saludó con cariño y se detuvo para que desarrollaran su trabajo. El grupo de los jugadores se instaló en las habitaciones para, ya por la noche, seguir en directo el Espanyol-Mirandés de Copa.