El equipo riojano se acerca al precipicio

La realidad de la UD Logroñés es muy distinta al proyecto con el que comenzó la temporada. Por entonces, el equipo riojano aspiraba a estar entre los cuatro primeros para luchar por el ascenso. Cinco meses después, y después de haber cambiado de entrenador como medida paliativa que no ha revertido en nada positivo, el peligro del descenso a Tercera es la verdad más tangible.

La derrota en el campo del Sestao hizo tocar fondo al UD Logroñés, que acabó desquiciado con nueve jugadores y más abajo que nunca en la tabla, con una inquietante querencia a los puestos que llevan a la categoría inferior.

Una derrota que, por otra parte, no era nada nuevo, porque salvo el triunfo ante el Amorebieta en el último partido del año 2011, el balance de los riojanos en los últimos diez partidos es desolador, con un irrisorio botín de cinco puntos sobre treinta posibles.

El equipo de La Rioja ha perdido en sus últimas cinco salidas mientras que ante su afición sólo ha sido capaz de ganar tres de los nueve partidos que ha disputado.

Por eso se produjo el cambio de entrenador hace un mes y medio, cuando llegó Carlos Calvo para reemplazar a Nacho Martín, un cambio que no ha servido para que se diera el revulsivo esperado y que no ha variado la dinámica de un club que parece ir a la deriva de forma irremisible.

Calvo, preocupado

. El entrenador de la UD Logroñés, Carlos Calvo, reconoce que no ha sido capaz hasta el momento de mejorar la situación del equipo: "Sólo hemos ganado uno de los seis partidos desde que yo estoy aquí y eso significa que no he sido capaz de hacer reaccionar al equipo como se esperaba". Calvo no es capaz de entender lo que le está sucediendo al equipo: "Las sensaciones son muy negativas y todo lo malo que nos puede pasar nos está pasando. Y lo más preocupante es que ni siquiera se por donde tirar. Los resultados son lo que valen y de momento no los estamos consiguiendo". Con todo, la Junta Directiva del equipo riojano ratificó ayer a Calvo en su cargo.