Liga BBVA | Mallorca
Caparrós fue expulsado por irse de la zona técnica
El árbitro le enseñó la segunda amarilla en minuto 89
El partido disputado entre Real Mallorca y Real Madrid el pasado sábado en Son Moix ha dejado muchas imágenes: el gol de Hemed, los errores arbitrales de Pérez Montero, la aparición determinante de Higuaín, las faltas de Cendrós a Cristiano Ronaldo, y muchas más cosas, pero pasó prácticamente inadvertida la expulsión del entrenador mallorquinista, Joaquín Caparrós, hasta que no se comprobó el acta del partido.
Según reflejó en el acta del partido el colegiado del encuentro, Pérez Montero, el técnico bermellón, fue amonestado en el minuto 87 por "realizar observaciones de orden técnico a una de mis decisiones". En ese momento, Caparrós a mil pulsaciones, abandonó el terreno de juego como él mismo aclaró en la sala de prensa tras el partido: "Me había amonestado y como estábamos tan calientes, preferí evitar cualquier tipo de posible expulsión".
No obstante, Caparrós no sabía, al parecer, que su decisión de abandonar el campo para evitar mayores problemas, era lo que iba a provocar precisamente su expulsión. En este sentido el árbitro Pérez Montero aclaró en el acta: "En el minuto 89 el técnico Joaquín de Jesús Caparrós Camino fue expulsado por el siguiente motivo: abandonar el área técnica hacia el vestuario protestando, de forma ostensible, una decisión mía".
A la grada.
Teniendo en cuenta esta circunstancia, el equipo balear no podrá contar con su entrenador en el banquillo en la visita a Vallecas el próximo domingo, a las cuatro de la tarde. La doble amonestación conlleva un partido de sanción por lo que Caparrós no podrá dirigir a su equipo ante el Rayo Vallecano. De momento en el club balear no se han manifestado al respecto, ni tan siquiera para anunciar un posible recurso.
Según ha podido saber AS, el enfado que hizo que Caparrós se marchara hacia los vestuarios para evitar males mayores era porque no entendía por qué a él se le amonestaba por salirse del área técnica mientras que a Mourinho se le permitió entrar al campo y acercarse a sus jugadores cuando celebraban el segundo gol, a siete minutos del final del partido, para dar las últimas instrucciones.