"Trabajo duro en el Rayo para ir a Londres 2012"
Fumi Goto (Japón, 1986) llegó al Rayo en 2010, atraída por el fútbol español, y se convirtió en la primera japonesa de nuestra Liga. Trabaja para formar parte, junto a Homare Sawa, Balón de Oro 2011, de la selección campeona del mundo.

Usted se convirtió en la primera japonesa de nuestra liga y sigue siendo la única. ¿Qué le trajo al Rayo?
Siempre quise jugar en otro país y el segundo entrenador de mi equipo, el JEF United Chiba, se ofreció para ayudarme. En verano de 2010 llegué al Rayo. Era el equipo ideal, eran campeonas e iban a jugar la Champions. Me probaron y me quedé. (La entrevista se realiza en la academia Hispania Estudio-2 de Madrid, bajo la supervisión de su profesora de español).
¿Por qué eligió España?
Siempre me gustó el fútbol español porque en Japón se ve mucho la Liga. De pequeña, cuando vino el Madrid a Japón a jugar la Copa Toyoya (hoy Mundial de Clubes), pude ver en persona a Roberto Carlos, que me encantaba porque jugaba en mi puesto, Zidane, Raúl... Siempre soñé con vestir la camiseta del Madrid y cuando supe que no tenía equipo femenino, me dio mucha pena. No lo entendí.
Y llegó al Rayo, pero no fue fácil, ¿cómo fue superando los obstáculos que surgieron?
El mayor obstáculo fue el idioma. No entendía nada de español y eso me impedía avanzar. Fue muy duro. Apenas jugaba y lloraba todos los días. Luego vinieron los impagos y no entendía qué pasaba. Mis compañeras me ayudaron mucho. Al final lo logré y esta temporada estoy jugando con asiduidad.
Y al final, ganaron la Liga 2011 y se clasificaron para la Champions. ¿Cómo lo vivió?
La Champions tiene mucho prestigio en Japón y este año la pude jugar por fin. Era uno de mis objetivos. Nunca olvidaré el partido en Vallecas, que empatamos ante el Arsenal. Natalia me dijo antes de salir: "Tú puedes trabajar para el equipo. Corre como siempre". Jugué los 90 minutos y me dejé el alma.
¿En España vive del fútbol?
Recibo una ayuda del Rayo, pero lo que me da para vivir es una beca de Yamaha para deportistas no profesionales. Soy la única futbolista japonesa que la disfruta y el objetivo es acudir a los Juegos de Londres. En España estudio español y juego al fútbol, pero en Japón tenía que trabajar porque la liga tampoco es profesional y, salvo Homare Sawa y cinco más, las demás no vivimos del fútbol. Allí trabajaba en una oficina de nueve a seis y luego iba a entrenar.
¿Cómo empezó a jugar?
Empecé con los chicos porque en mi ciudad no había equipo femenino y con 15 años me marché de mi ciudad para ingresar en una de las escuelas de fútbol que hay en Japón, donde se estudia y se entrena.
¿Qué ha supuesto para Japón ganar este Mundial?
Ha popularizado el fútbol femenino y fue una alegría en un año difícil por el terremoto.
En el Rayo temieron por usted el día del terremoto.
Sí porque ese día estaba volando a Osaka. Fue un impacto porque cuando aterricé la televisión no paraba de emitir imágenes del terremoto. Por suerte, allí estaban mis padres esperándome. A nosotros no nos tocó porque vivimos en el sur, pero tengo amigas que lo perdieron absolutamente todo.
¿Qué daría por ser internacional con Japón?
Todo. Mi sueño es ir a los Juegos de Londres y para eso trabajo duro en el Rayo. Ya he estado en algún entrenamiento de la selección y conozco a casi todas las campeonas del mundo. Ellas me preguntan cuándo voy a la selección. Yo les respondo que ya estoy lista.
¿Le sorprendió que Homare Sawa destronara a Marta en el Balón de Oro?
No. Se lo merecía. Es muy buena gente e imprescindible en la selección. Sin ella, Japón no hubiera ganado el Mundial.
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¿En qué se diferencia el fútbol español y el japonés?
En la mentalidad. En España se disfruta mucho jugando. En Japón todo es más rígido. Si cometemos algún fallo, sabemos que el entrenador nos castigará y nos pondrá a correr.




