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El carrusel | La Liga al microscopio

Álvaro y la cantinela del Barcelona

El Barça volvió a naufragar a domicilio con un encuentro ramplón al que se autoinvitó el Espanyol, corajudo y orgulloso como pocos. Ese empate le deja a cinco puntos del Madrid, que se desperezó ante el Granada gracias a otro fantástico partido de Benzemá. La Liga se tiñe de color blanco. Al menos en la primera vuelta.

Álvaro celebra el gol ante el Barça.
reuters

Masilela: rumbo no planificado

Son curiosos los vaivenes del fútbol, negro ébano un día y blanco celestial al siguiente, hoyo insalvable para algunos y cúspide prominente para otros. Como la vida misma. Depende del momento. De las circunstancias. Masilela lo ha experimentado esta campaña. El sudafricano del Getafe, que ayer volvió tras una lesión, se encontraba sin equipo en verano y entrenándose con el Moroka Swallows de su país. Su club, el Maccabi Haifa, había declinado inscribirle. Fueron malos tiempos para el lateral internacional. Hasta que apareció el Getafe. Ahora, subido en esa ola, en la de la Liga española, ha vuelto a lo más alto. Y a esa gloria se aferra.

El yerno perfecto se asienta en el Betis

Volvió a marcar Santa Cruz para el Betis, al igual que hiciera antes de despedir el año. El paraguayo sigue lejos de su mejor forma física, pero cada día que pasa se asemeja más a aquel gran delantero que deslumbró en el Bayern y en el Manchester City. Sus goles deberían ser fundamentales para que el cuadro bético respire esta temporada. El delantero guaraní no cuadra con el arquetipo medio de futbolista de élite. Es discreto, apasionado lector de libros y amante del círculo familiar. Estar en casa con su mujer y sus hijos Tobías, Fiorella y Benjamin es su mayor afición. Por si fuera poco, ha sido nombrado el jugador más atractivo en repetidas ocasiones. El yerno perfecto, vaya.

La facultad solidaria que aporta la familia numerosa

Lástima para el Madrid la lesión ante el Granada de Benzemá, pues el delantero está escurridizo y ágil como un tigre en esta campaña. Es difícil encontrar en Europa un delantero tan completo como él, goleador, asistente y partícipe en las jugadas ofensivas por igual. No hay razón científica para este hecho, pero podría tener que ver con la circunstancia de que tenga nueve hermanos. Seguro que eso le hizo aprender a compartir las cosas desde bien pequeño, a acostumbrarse a ser solidario y generoso por el bien común antes de por el individual. Esa camaradería perfila su fútbol, asociativo cuando hay un compañero en mejor posición y certero cuando la oportunidad requiere de una puntilla. Dar y tomar. Tomar y dar. Así hacen los buenos hermanos como él.

Un funcionario de nivel para Emery

El Valencia está sirviendo de eclosión definitiva en la carrera del central francés Rami. Lo suyo es el mejor ejemplo de progresión en el fútbol. Es imposible mejorar más de lo que lo ha hecho él en los últimos cuatro años. Y es que a los 21 jugaba de forma amateur en el Fréjus, de la cuarta división gala, fuera del mundo profesional, simplemente como pasatiempo, al igual que hace cualquier trabajador común los fines de semana. De hecho, era funcionario del ayuntamiento de aquella localidad y se dedicaba a la reparación de coches y a la limpieza de pintadas en las calles. Mecánico e higienizador. Entonces nadie hubiera podido pensar en el radical cambio que ha dado su vida. Pero un ojeador del Lille lo fichó para el filial y en ocho meses dio el salto al primer equipo. Sus grandes prestaciones como central le llevaron a fichar por el Valencia, con el que está madurando todavía más. Un candado para Emery y la selección francesa. Un ejemplo de que la ilusión y la fe dependen sólo de uno mismo.

El difícil camino de un portero hacia Primera

No todos los porteros llegan con 18 años a Primera para quedarse, como Casillas. Es más, casi ninguno lo hace. La mayoría tiene que superar un largo camino que les lleva por distintas categorías y ciudades. Lógico, si se piensa que sólo 20 elegidos son titulares en la élite. El de Andrés Fernández es un caso más. Su asentamiento en Osasuna se ha producido con 25 años y tras pasar por Murcia, Tenerife, Mallorca y Huesca. Pero nunca es tarde para triunfar. No. Y desde que debutara de manera inesperada en el Calderón se ha convertido en un héroe. Como en Anoeta. Su mujer, Geno, respira tranquila. No volverán a hacer las maletas en mucho tiempo. O eso parece.

Entrenadores que aún disfrutan en el campo

Cuentan que Guardiola ya ejercía de entrenador dentro del campo en su última etapa como jugador. Y que Xavi está empezando a hacer lo propio. En el Málaga esa extensión del técnico sobre el césped es Toulalan. El francés aplica toda su sabiduría de manera técnica y estajanovista, en ataque y en defensa, con y sin balón. Verle ante el Atlético fue una delicia. El propio Pellegrini le llamó en verano para convencerle de que sería la pieza angular del nuevo Málaga. Al ex del Lyon sólo le preocupaba que hubiera un colegio francés en el que inscribir a sus hijos. Con el tema resuelto, la única inquietud pasó al campo. Y ahí Jeremy funciona como un vademécum. Puntual y preciso.

Diamanka: espíritu de la isla de Gorée

El fútbol implica superación. Y superación es lo que caracteriza a Diamanka, el mediocentro senegalés que ayer debutó con el Rayo. Ya era hora. Unos problemas burocráticos habían impedido su inscripción en la Liga hasta la apertura del mercado invernal, pese a brillar el pasado año con el filial. Su llegada a Vallecas se produjo tras una semana a prueba en 2010. Enseguida convenció a los técnicos y eso le animó a abandonar el Gorée, club de la histórica isla que durante tres siglos se consideró el más importante mercado de esclavos del mundo. El aura de aquella isla invita a la rebelión, al motín. Y Diamanka ha cerrado el suyo tras cinco meses sin jugar.

El personaje: Álvaro

En las grandes ciudades es difícil la convivencia en la sombra del equipo pequeño con respecto al grande. Para el Espanyol lo es aún más, pues la distancia con el Barça parece difícilmente reducible. Por eso el empate de ayer se considera una fiesta, un derroche de orgullo, de sentimiento, de ilusión en busca del imposible. Y se consiguió. Por si fuera poco, el jolgorio lo encabezó Álvaro Vázquez, un canterano, la muestra de que en Barcelona el mundo no acaba en La Masía. Muchos años llevaría el de Badalona escuchando la misma cantinela, asumiendo un rol secundario, un papel que ayer quedó en nada. El éxito esta vez fue para los pericos. Y Álvaro fue la mejor bandera posible.